Redacción Canal Abierto | El primer 8M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, durante el gobierno de Javier Milei, llevará adelante dos consignas que resumen el clima de época: el pedido al Poder Legislativo para que frene el DNU 70/2023, y la denuncia del hambre creciente en los hogares argentinos.
Y es que, encuestas mediante, el gobierno libertario ha identificado dos objetivos como los más odiados por su núcleo duro: el sindicalismo y las feministas.
“Hay un ataque furibundo hacia las organizaciones sindicales. El Gobierno registra en ellas una barrera al avance a todas las políticas de hambre que desea implementar. Hoy, el blanco de todas las políticas de gobierno son las familias trabajadoras, es la reducción de salarios, la inflación, la destrucción de puestos de trabajo, los despidos. Somos esenciales en la calle como trabajadoras organizadas”, explica Maia Volcovinsky, trabajadora judicial y cosecretaria de Derechos Humanos de la CGT en diálogo con Canal Abierto.
La marea es una marea sindical, y tiene que ver con muchas compañeras dando este debate. Se fueron sumando sindicatos de base a cada una de las centrales. Es muy fuerte la participación de las compañeras desde su identidad de trabajadoras organizadas porque es un poco lo que está en disputa. Va a ser muy interesante este 8M en ese sentido”.
Clarisa Gambera, trabajadora de niñez y secretaria de Género y Diversidad de ATE Nacional y de la CTA Capital.
En el mismo sentido, Clarisa Gambera, trabajadora de niñez y secretaria de Género y Diversidad de ATE Nacional y de la CTA Capital sostiene: “La primera señal del Gobierno fue cerrar el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, que fue un efecto cascada, porque en las provincias se empezaron a degradar programas, ministerios o secretarías. Todos los avances vinculados a los feminismos sindicales, a los feminismos populares, esa agenda que logramos poner en discusión está siendo atacada en términos programáticos por este gobierno”.
El Estado, los sindicatos, las mujeres
Para ambas, la virulencia de su discurso y sus políticas, cristalizadas en el megadecreto que firmó pocos días después de asumir, son señales que la gestión libertaria dirige “a un electorado muy recalcitrante” que no representa a la mayoría que lo votó. Por el contrario, las mayorías se están viendo perjudicadas por los despidos, el achicamiento del Estado y el ajuste salvaje sobre salarios y jubilaciones, un reclamo que será eje en esta manifestación del 8 de marzo.
“En las asambleas feministas aparece la idea del hambre como prioridad. Porque a medida que avanza un Estado que se desregula, en los hogares que ya estaban más empobrecidos la situación es de emergencia de hambre —afirma Gambera—. Se discontinúa la entrega de alimentos a comedores o se empieza a dar de baja a mansalva el Potenciar Trabajo que es lo que complementaba las changas o actividades informales o los trabajos en las organizaciones que realizaban para sostener la comida diaria”.
Lo que te une es un programa en común, una agenda en común. Hace tiempo que el campo popular se debe la construcción de su programa nacional, la Argentina que queremos. Es un momento de desafío para las mujeres sindicalistas”
Maia Volcovinsky, trabajadora judicial y cosecretaria de Derechos Humanos de la CGT.
Por su parte, Volcovinsky agrega: “El Estado es su enemigo porque es aquel que interviene y regula las relaciones frente a una intención que tiene él de liberar a las fuerzas salvajes del mercado, que no son más que las fuerzas de la ambición, de la avaricia, de la imposición del dinero. Queremos ser mejores, queremos ser más humanos, y en eso también su ataque a las mujeres tiene un sentido profundo, porque lo acusamos de pensar únicamente en la hoja de cálculo, y si hay algún actor capaz de combatir esa visión economicista de la vida somos las mujeres, que tenemos una mirada mucho más profunda sobre de qué se trata llevar adelante una Nación: es de la vida de personas. Porque por los estereotipos que sufrimos, principalmente nos ocupamos las mujeres de las tareas de cuidado”.
Un ejercicio de unidad
Pese a todo, el feminismo sindical ha dado muestras de poder consolidar unidades ahí donde hacen falta. Desde hace varios años viene creciendo la participación de las mujeres en los sindicatos, y la consecuencia más saliente de eso es que la histórica CGT modificó su estatuto para que el Consejo Directivo incluyera en paridad hay hombres y mujeres. En un contexto similar, aunque menos vertiginoso, el primer paro a Mauricio Macri lo realizó la intersindical feminista, lo que significó un hito fundacional.
“Tejemos la trama de construir unidad. Venimos con el ejercicio de construir consensos: la Campaña por el Aborto Legal, los Encuentros que tienen casi 40 años, son espacios donde nos encontramos y nos ponemos en común y priorizamos una agenda para avanzar —explica Gambera—. La marea es una marea sindical, y tiene que ver con muchas compañeras dando este debate. Se fueron sumando sindicatos de base a cada una de las centrales. Es muy fuerte la participación de las compañeras desde su identidad de trabajadoras organizadas porque es un poco lo que está en disputa. Va a ser muy interesante este 8M en ese sentido”.
“Lo que te une es un programa en común, una agenda en común. Hace tiempo que el campo popular se debe la construcción de su programa nacional, la Argentina que queremos. Es un momento de desafío para las mujeres sindicalistas”, asegura Volcovinsky.
Y concluye: “Vamos a ser en gran medida nosotras y nuestra capacidad de articular nuestra voz con más fuerza en todas nuestras organizaciones las que podamos derribar estos discursos y estas construcciones que va haciendo Milei cada vez que se pronuncia. Hace falta que hablemos mucho más de estas cuestiones y que impregnemos con nuestra visión esta idea economicista con la que trata de ordenar, o desordenar, o destruir al país”.
Convocatoria al 8M
16 hs. Concentración y movilización al Congreso Nacional.
18 hs. Lectura del documento.
19 hs. Desconcentración.