“Se les van los dólares, entonces, ponen controles de capitales y el que fuga, o sea, digamos, ya es un delincuente…¡Es un héroe! ¡El que fuga es un héroe! Es decir, logró escaparse de las garras del Estado. Ustedes se ríen pero yo lo veo así”.
En este tono, durante el exclusivo Foro de Llao Llao que se realizó la semana pasada en Bariloche, el Presidente Javier Milei les pidió a los empresarios que pongan “las pelotas” e inviertan. Ante la arenga, el público estalló en risas y aplausos. Entre otros, estaban presentes: Marcos Galperín de Mercado Libre, Tomás Mindlin de Pampa Energía, Tomás Pierucci de JP Morgan, Sebastián Bagó, el ex FIAT Christiano Ratazzi, Martín Migoya y Guibert Englebienne de Globant, y Eduardo Elsztain de IRSA.
En diálogo con Canal Abierto, Francisco Cantamutto, economista del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS-CONICET) e integrante de la Sociedad de Economía Critica, explicó en qué consiste la fuga de capitales a la que se refirió Milei. En términos generales, señaló, es cuando se retiran capitales hacia el exterior.
“Una versión más acotada”, precisó, es la que refiere a “los mecanismos a través de los cuales se transfieren riquezas al exterior, como por ejemplo, cuando las empresas utilizan la subdeclaración de exportaciones, la sobrefacturación de importaciones, o la contratación de consultorías inexistentes”.
“Para estas operaciones que están siempre en la ilegalidad o en el borde, la existencia de guaridas fiscales es de muchísima ayuda porque dependen de crear estructuras empresariales muy opacas”, apuntó al respecto el economista.
Por último, explicó que “la versión más simplificada y visible” de la fuga, pero que es “contundente”, es “la formación de activos en el exterior”. O sea, “cuando retiras dólares de la economía con fines de atesoramiento”. En criollo, la compra de dólares, como la que Milei dijo que les recomendaría a los empresarios si fueran sus clientes, durante el Foro de Llao Llao.
Los dólares obtenidos por la compra se pueden poner en una caja de seguridad, en una cuenta en Suiza, o destinarse a la comprar un departamento en Miami, entre otras posibilidades, pero básicamente, indicó Cantamutto, lo que se hace es “retirar dinero de la economía nacional a otra moneda, sin un destino productivo, o no uno declarado”.
En paralelo, el especialista llamó a terminar con “la ilusión de que toda la ciudadanía participa de la compra de dólares y que la corrida la hacemos entre todos”. “Esto no es así: en los mayores picos de compra de moneda extranjera participaron unos tres millones de personas”, aclaró.
Al respecto, se puede consultar el informe del Banco Central sobre Formación de Activos en el Exterior entre 2015 y 2019, período durante el cual “la fuga de capitales se triplicó, superando los USD 86.000 millones”.
“La fuga es la contrapartida de la inversión”
Cantamutto fue tajante en relación al pedido de Milei a los empresarios para que inviertan: “Eso nunca va a ocurrir porque la fuga es la contrapartida de la inversión, no es que puede haber fuga e inversión”. Pero además, explicó, “en el mundo, y no solo en Argentina, aunque acá quizás se ve de forma más explícita, hay una disociación creciente entre ganancias e inversión. No es que los empresarios ganan buen dinero y por eso inviertan. En general lo que pasa es lo contrario, no la invierten sino que la fugan”.
El economista también cuestionó a Milei por “desconocer el entramado legal con el que manejamos” y, finalmente, por festejarles a los empresarios de Llao Llao “algo que ya hacen”. “Sin ir más lejos, Galperin tiene domicilio fiscal en Uruguay, que es una guarida fiscal, para pagar menos impuestos. Techint mudó su sede a Luxemburgo y subcontrata a empresas cáscara, que tiene como 30, para servicios que después no se encuentran”, destacó.
Ante este panorama, desde el Espacio de Trabajo Fiscal para la Equidad (ETFE) del que también es parte el economista, recomiendan ir hacia una estructura impositiva más progresiva, donde quienes más tienen paguen más, como una forma de contrarrestar la sangría de capitales.
“Este tipo de operaciones requieren un control fiscal y aduanero mejor estructurado en torno al poder económico, pero como la compra de dólares es muy asimétrica, lo que esta ocurriendo es que quienes más ganan en el país atesoran esa riqueza comprando dólares, y eso genera un problema macroeconómico”, argumentó Cantamutto.
Y añadió: “Eso no se resuelve solo con un control de capitales (cepo), que es como tapar la fiebre sin resolver la enfermedad. Entonces las propuestas que tenemos como ETSE tienen que ver con mejorar la distribución del ingreso. Si vos pones impuestos progresivos, lo que hacen es reducirte la masa de ingresos concentrados que presionan contra el dólar”, resumió.
Un plan “autodestructivo”
Alejandro López Mieres del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas de la CTA (IPPYP) también dio claves para analizar el discurso de Milei. En primer lugar, evaluó que se trató de un “manifiesto político”, basado en su “ideología extrema anarcocapitalista” que busca “la destrucción del Estado”, pero que finalmente se contradice con la política que el propio mandatario lleva adelante.
“Antes de ser Presidente Milei dijo que antes de subir un impuesto se cortaba un brazo. Sin embargo, van más de cuatro meses de gobierno y las regulaciones cambiarias siguen existiendo, y ante la caída de la actividad y de la recaudación por impuestos directos, lo que termina sosteniendo la recaudación son los impuestos al sector externo, a las importaciones y exportaciones, y en particular el Impuesto País”, explicó López Mieres.
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Asimismo, advirtió: “Según el discurso de Milei hay una casta política ladrona que roba los recursos de la gente y una forma de combatirla sería no pagar impuestos y sacar la plata del sistema, pero esto no se sostiene en una continuidad gubernamental. Porque al mismo tiempo les dice pongan huevos e inviertan”.
Pero además, subrayó, “es autodestructivo”. “Estas en un proceso de ajuste violentísimo y de licuación de ingresos que ya generó una caída del consumo montruosa, que permitió que haya menos importaciones, o sea menos presión sobre los dólares, con el objetivo de comprar reservas. Y esto sí con la venia del Fondo Monetario Internacional”. En ese marco, apuntó el especialista, es que se logró el superávit fiscal que ayer Milei celebró como “un milagro económico” pero que, sin embargo, se alcanzó “pateando gastos” y que es “insostenible en el tiempo”.
“Empezás a recaudar menos impuestos directos, como el IVA, o de débitos y créditos bancarios, y eso te exige, para sostener el superávit, ajustar más”. “La pregunta, entonces, es cuánto más podés ajustar”. Por eso, “el Gobierno tiene un serio problema de sostenibilidad más allá del límite político y de la tolerancia social, y por eso para ellos es tan importante la ley Fiscal”, evaluó.
Cabe destacar que el proyecto que ingresó la semana pasada al Congreso y que empezaría a ser tratado este jueves contempla, entre otras medidas, un nuevo blanqueo de capitales, “mucho más laxo que el de Macri o del que intentó el Gobierno anterior”, indicó López Mieres. Como explicó Cantamutto, los blanqueos son, además, la contracara de la fuga: “Después de años en que se fugan recursos, los blanqueos vienen para darles nuevamente un viso de legalidad”.
Por eso, más que a un milagro, el plan económico se parece a un perro que se muerde la cola.