Redacción Canal Abierto | En el contexto de la desconcentración de la multitudinaria Marcha Federal Universitaria en la Ciudad de Buenos Aires, Matías Darabos fue golpeado salvajemente por dos agentes de la Policía de la Ciudad que luego le plantaron unas flores de cannabis para justificar la detención y armar una escena verosímil.
El joven agredido es abogado de la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI) y de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina).
“Matías estaba en la Plaza San Martín al final de la marcha, cuando tres efectivos lo abordan y lo empiezan a increpar. Él se presenta como abogado y los policías comienzan a golpearlo mientras le decían ‘Así que te gusta protestar’. Después lo detuvieron y lo imputaron por resistencia a la autoridad y tenencia de estupefacientes”, cuenta en diálogo con Canal Abierto Matías Busso, abogado de la misma asociación, quien esta mañana se entrevistó con él en la comisaría donde permanece aún detenido.
“Luego de ser golpeado, él les dice que los va a denunciar y cuenta que los policías al ver la gravedad del hecho le plantaron unas flores en la mochila que tenía”, explica el abogado, quien refiere el relato de su compañero detenido, testigo de la maniobra ilegal de los agentes.
La situación es gravísima. Entendemos que esto responde a un clima de época. Los miembros de las fuerzas de seguridad se hacen eco de lo que el gobierno plantea al deslegitimar la marcha, con un discurso de odio a los ‘zurdos’ como llamó el presidente a quienes marcharon. Es inaudita esta violencia y brutalidad policial ejercida contra personas que simplemente se está manifestando”.
Darabos recuperó su libertad este miércoles al mediodía. “Su intención es que el caso se difunda. Entendemos que si le pasa eso a una persona que tiene herramientas para defenderse, no queremos saber lo que le está pasando a otras personas que no tuvieron la suerte de ir a la universidad pública, de ser abogado, de conocer las leyes, que sabía cómo referirse a las fuerzas policiales… No deja de sorprendernos y preocuparnos”, concluye Busso.