Redacción Canal Abierto | La localidad de Rojas, ubicada en el noroeste bonaerense, se encuentra en vilo por el despido de 24 trabajadores del frigorífico La Vincola y Cárnicos Momoncho SA. Como todos los días, el martes pasado a las 2 de la mañana se presentaron a trabajar, pero se encontraron con la planta cerrada y dos patrulleros custodiando el ingreso. Desde entonces, sostienen un acampe para exigir la reincorporación.
En este marco, los trabajadores denuncian “un complot” entre la empresa y el Sindicato de la Carne, que hasta ahora no les brindó su apoyo, así como la intervención del municipio y del ministerio de Trabajo.
“Cada vez que se atrasaba la faena nos obligaban a hacer horas extras”, explicó Fernando Morán, uno de los operarios cesanteados, sobre el origen del conflicto. En diálogo con Canal Abierto señaló que a este régimen ilegal, se sumaba la mala remuneración: al menos durante un año, les pagaron $2000 la hora cuando lo que correspondía era que les paguen $4200.
Ante esta situación, presentaron el reclamo a la empresa y, supuestamente, habían logrado un acuerdo para que hacer horas extras sea optativo. Sin embargo, el lunes después de cumplir su jornada laboral de 9 horas, los 24 se fueron a sus casas, y al regresar al día siguiente se enteraron que la empresa prescindía de sus servicios y que además había contratado a trabajadores de otra localidad.
De los 97 empleados que tiene la empresa, al menos 86 están contratados de forma irregular, “en negro”, detalló Fernando. Como ejemplo, comentó que tiempo atrás les habían pagado un bono de $150.000 en siete cuotas, cuando lo tendrían que haber pagado en dos o tres. “Podría estar todo el día comentándote los malos manejos administrativos”, aseguró.
“Y ni me quiero meter con lo sanitario”, añadió. En ese sentido, expresó: “Somos trabajadores que estamos acostumbrados a comer en el piso del vestuario, con los inodoros como mesa. Por eso también estamos esperando que el ministerio mande la inspección de SENASA”.
Fernando destaca que solo “dio la cara” la tesorera de la planta, que les ofreció una indemnización de $600.000 en cuotas, que hasta ahora solo aceptó él, que tiene 10 meses de antigüedad. Sin embargo, “es lógico que los compañeros que tienen 10, 12 o 15 años en la planta no lo acepten, no les es conveniente”, indicó.
¿Qué pasa con los frigoríficos?
Si bien lo que ocurre en Rojas es un caso particular, lo cierto es que la recesión económica ya impactó en el consumo de carne, y distintos sitios especializados ya advierten sobre la caída de la actividad en los frigoríficos.
En ese sentido, el 19 de abril el sitio Bichos de Campo replicó las declaraciones de Daniel Urcía de la Federación de Frigoríficos Regionales (FIFRA) que confirmaba esa situación. En ese marco, el dirigente adelantaba que algunas plantas ya estaban sacando horas extras y reduciendo turnos.
“La industria cárnica no es ajena a la caída de actividad de la economía. Si bien a comparación de otros sectores industriales la rueda sigue girando, el incremento de los costos (energía, combustibles, salarios), los valores firmes de la hacienda junto con una demanda externa e interna alicaídas, generan inelasticidad de ambos extremos, y coloca a los eslabones intermedios en situación de crisis”, señalaron desde FIFRA en un comunicado.