Redacción Canal Abierto | La ola de frio con temperaturas extremadamente bajas del fin de semana pasado dejó un saldo de cuatro fallecimientos de personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires.
Esto sucede en un contexto en el que el propio Gobierno de la Ciudad reconoce que el aumento de esta población fue del 14% en lo que va del 2024, aunque organizaciones que trabajan la problemática cuestionan la forma de medición que el estado porteño utiliza, por lo que estiman que la cifra podría ser mayor.
Este invierno es el primero que encuentra a Jorge Macri como como Jefe de Gobierno de la Ciudad, quien la única política respecto al espacio público que expone es el desalojo de manteros.
Si bien el estado porteño cuenta con una red de albergues denominados centros de integración social (CIS), el número es insuficiente y la forma de acceso no es ágil. “Según dice el Gobierno de la Ciudad, son 47 dispositivos. Este número no alcanza para cubrir la cantidad de personas que hay en la calle”, cuenta a Canal Abierto Horacio Avila de Proyecto 7, espacio que trabaja con la población en situación de calle.
“Por otro lado hay un sistema de ingreso que la verdad es que imposibilita mucho que la gente pueda llegar, porque tenés que llamar al 108 que es la línea habilitada. Y el 108 tiene que comunicarse con Buenos Aires Presente, que son los móviles que van a buscar a la gente para llevarlos a los lugares”, agrega. El lapso de espera entre el llamado y la asistencia se estima entre 6 y 8 horas.
“Tiene que haber una demanda espontánea en la que la gente pueda ir personalmente, de manera voluntaria y decir `yo estoy en la calle y quiero utilizar un lugar, no quiero estar en la calle con este frío´ y pueda ingresar sin ningún tipo de restricción ni condición”, reclama Avila.
El referente indica que “eso es lo que marca la ley de la Ciudad para situación de calle. También la legislación nacional plantea el acceso irrestricto y no discriminatorio hacia las personas que utilizan los dispositivos”.
Desde el arribo del PRO a la Ciudad con Mauricio Macri en 2007, la política al respecto osciló entre la desidia y la represión con las tristemente recordadas patotas de la UCEP que desalojaban de manera violenta y quemaban las pertenencias de las personas que dormían en la vía pública.
“Son cinco gestiones ya sin ningún tipo de cambio en la política pública y en la forma de aplicarla. La ley 3.706 obliga al Gobierno de la Ciudad a aplicar política pública de determinada manera en beneficio de las personas o la población en calle y la verdad que no aplica los presupuestos necesarios, no tienen los lugares adecuados, no tiene la cantidad de lugares suficientes y un montón de situaciones más. Además, desde el primer gobierno de Mauricio en adelante hubo mucha represión en la calle”, señala Avila.
Respecto a esta cuestión, Avila denuncia que “en esta gestión la situación se agravó muchísimo porque está Diego Kravetz como jefe de policía y la Secretaría de Seguridad. Cuando estuvo en Lanús como secretario de Seguridad se dedicaba a poner a meter presos, golpear y a expulsar a las personas situación de calle de Lanús, inclusive a los voluntarios, que también trabajamos con estas personas”.
“Es algo que el gobierno de la Ciudad Buenos Aires desde hace cinco gestiones, no está pudiendo resolver, no está queriendo resolver o las dos cosas a la vez: no puede y no quiere. Tampoco adjudica los recursos necesarios como para que esto paulatinamente se vaya este solucionando”, sostiene Avila.
Además del primo de Mauricio en la ciudad, este es el primer invierno con el libertarianismo gobernando el país de la mano de Javier Milei, cuyas medidas inflaron los números de pobreza y vulnerabilidad.
La situación que describe Avila es desoladora: “hoy una habitación de hotel vale 200, lucas, que la luz tiene que pagar entre 50 y 70 lucas, por mes, que ya no hay laburos que las pequeñas empresas cierran, que los comercios cierran, que ya no hay changas; el cartoneo, que era algo habitual en la gente en situación de calle, ya no es la misma situación, porque al no haber consumo, no hay basura y cuando no hay basura no se puede reciclar. Todo lo que tiene que ver con los macro más allá de la particularidad de la ciudad hace que cada vez haya más personas en situación de calle y que esto se vaya grabando de una manera exponencial que creo que hoy por hoy no está teniendo límites”.
“La situación de la gente es estar ahí a la espera de la nada misma digamos porque no no se reparten algún kit de de invierno, se reparte no todo el tiempo, sino cuando baja mucho las temperaturas algo de comida caliente, pero no hay mucho más que eso: es estar ahí en la casa sin saber exactamente que que pueden hacer o a dónde pueden ir o cómo pueden dejar de estar ahí
Otro aspecto al que refiere Avila es la mutación de la población en situación de calle “hay muchas más familias en calle, muchas más con criaturas, hay muchos más abuelos y abuelas en la calle. También se ha modificado como está compuesta la población. La verdad que son poblaciones que son sumamente vulnerables”.
Los vaticinios de cara a lo que viene no son auspiciosos para Avila: “para el fin de semana que viene se pronostica también menos de un grado. Esto va a agravar absolutamente todo lo que ya está pasando, con la posibilidad de nuevas muertes que lamentablemente estamos todos los días rogando para que no pase”.
Y concluye: “murieron cuatro personas de frío. Si eso no nos hace algo de ruido, como sociedad estamos realmente muertos”.