Redacción Canal Abierto | En los octavos de final de la categoría hasta 66 kilos en el nivel femenino del boxeo de los Juegos Olímpicos de París 2024, la argelina Imane Khelif derrotó a la italiana Angela Carini, que a los 50 segundos se retiró del ring diciendo que no quería seguir, porque le “dolió muchísimo”. También se le escuchó deslizar un “no es justo”.
Esta escena y las declaraciones posteriores de la europea, desataron la polémica y una catarata de mensajes transfóbicos en los medios y en las redes.
El Presidente Javier Milei no se quedó afuera y compartió un tuit en el que se cuestionaba que hayan puesto a pelear a una mujer contra “un tipo”. La autora de Harry Potter, J.K Rowling -conocida por sus comentarios TERF (feministas transexcluyentes)- se refirió a ella como “un hombre protegido por un establishment deportivo misógino”.
El magnate Elon Musk, quien hace poco declaró que consideraba que su hijo trans había muerto como consecuencia del “virus woke mind ” (en referencia al progresismo) y que comparó las cirugías de reasignación de sexo con la multilación y la esterilización, también se sumó a una campaña por Angela Carini. “Los hombres no pertenecen a los deportes de mujeres”, expresaba la publicación que replicó.
Lo cierto es que todos estos mensajes de odio además se basan en mensajes falsos. Imane Khelif no es transgénero, es cisexual (su identidad de género coincide con el sexo asignado), solo que por una condición específica sus niveles hormonales en ocasiones no se ajustan a lo que los comités evaluadores consideran aceptable.
En efecto, por ese motivo, en 2023 fue descalificada del mundial femenino de box. Es su país, acabe aclarar, no hay leyes que reconozcan ni garanticen el acceso a la identidad autopercibida.
La doble vara
Como explicó el medio especializado Agencia Presentes, “negar la participación en los deportes de mujeres que no se ajustan a un tipo de feminidad hegemónica no es reciente”.
Una investigación de Human Rights Watch (HRW)- reseña la publicación- muestra que desde 1940 hay registros de mujeres excluidas, al menos por parte de la federación mundial de atletismo, tras “pruebas de sexo” con fines de “elegibilidad”. Desde la Agencia sostienen que esto se trata de una práctica no solo sexista sino también racista.
Desde Científicas con Voz, un proyecto de divulgación sobre ciencia con perspectiva de género, que lleva adelante Daniela Garanzini, hace años denuncian la doble vara de los comités deportivos para evaluar a las mujeres, disidencias y personas de origen africano.
En enero de 2023, luego de que Escocia prohibiera que las mujeres transgénero compitan en la categoría femenina de rugby, la bióloga y comunicadora escribió un artículo y realizó un posteo en el que explicaba por qué era evidente que a los comités deportivos solo les importa la biología cuando les conviene.
“Según algunos reglamentos los niveles de testosterona no deben superar los 5 nanomoles por litro, porque sino se considera que hay una clara ventaja competitiva. Pero, ¿sabés a quiénes perjudica esa medida?”, planteaba.
Por un lado, “a las competidoras que naturalmente tienen más altos niveles de esta hormona, y que justo han sido todas procedentes del continente africano”. Ambas cuestiones, se dan en el caso de Khalif.
“Y ojo –advertía también Garanzini- que tener más testosterona no necesariamente significa que seas mejor para ese deporte. Lo que pasa es que la medida de todas las cosas son los hombres blancos y europeos, y esa es la medida para normalizar cuerpos”.
A propósito del caso de Khalif, la investigadora compartió un video en el que ficcionaliza una entrevista con un entrenador. En la charla, se pone en cuestión que mientras las mujeres y otras identidades son sometidas a esas pruebas, no pasa lo mismo con los varones. También introduce otro planteo añoso: el de considerar al ciclo menstrual como un condicionante en el deporte.
“¿Es cierto que le van a medir la testosterona a los hombres para que compitan en igual?”, pregunta la supuesta notera, en uno de los diálogos del video publicado en la cuenta de Tik Tok e Instagram de Científicas con Voz.
Ante la negativa del entrenador, la periodista insiste: “Ah, entonces es cierto que van a dejar de medírselas a ellas?” El hombre, indignado, responde: “No, no puede ser que ellas vengan con cada vez más testosterona y tengan una ventaja competitiva por sobre las compañeras”.