Redacción Canal Abierto | Desde las 9.30, la exvicepresidenta de la Nación declaró como testigo ante los jueces del Tribunal Oral Federal N° 6, Sabrina Namer, Adrián Grunberg e Ignacio Fornari. Es en el marco de la causa que le sigue a los autores materiales del intento de magnicidio. En las afueras, militantes del campo popular se acercaron para acompañar a la dirigente.
Los llamados “copitos” -Sabag Montiel, Uliarte y Nicolás Carrizo- a quien se juzga por el delito de tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía, y el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego, están presentes en la sala y es la primera vez que están cara a cara con CFK.
En un posteo realizado anoche en sus redes, la expresidenta fijó su postura respecto al juicio y marcó cual sería el tono de su declaración hoy: “Mañana iré a declarar al juicio oral que se le sigue a los autores materiales del intento de asesinato a mi persona perpetrado el 1 de septiembre del 2022. ¿De los autores intelectuales y de los financiadores?… Bien, gracias… Duermen protegidos por Comodoro Py”, indicó.
La violencia previa
Ante las preguntas de sus abogados, Cristina Fernández de Kirchner inició su declaración poniendo en contexto el intento de magnicidio ocurrido el 1 de septiembre. En ese sentido, afirmó que el alegato del fiscal Diego Luciani antes de la condena en la causa Vialidad, plagado de “falacias” y “apreciaciones subjetivas”, transmitido en cadena nacional por los medios, fue “sin dudas” el “desencadenante” de la violencia política que culminó en el atentado.
Entre los hechos de violencia política previa, recordó cuando destrozaron su despacho en la Cámara de Senadores, así como las bolsas mortuorias y las guillotinas en plaza de Mayo, en el marco de las manifestaciones que organizaba Revolución Federal.
Cabe recordar que Jonathan Morel, referente de esa organización y dueño de una pequeña carpintería de barrio, recibió pagos millonarios de Caputo Hermanos, empresa perteneciente a hermanos del actual ministro de Economía, “Toto”, para supuestamente hacer los muebles de un complejo de departamentos de lujo en el sur.
La dos veces presidenta también recordó que cada 15 días, o una semana, llegaba a las inmediaciones de su vivienda en Recoleta una camioneta de la que se bajaba gente mayor, que ponía marchas militares y la insultaban, y que a las horas se iban. Señaló que después del atentado “no fueron nunca más”.
El ojo negro
CFK también habló de la violencia mediática que había padecido por su condición de mujer, durante sus dos mandatos como presidenta de la Nación. En ese sentido, afirmó que entendía que el juego de la política incluía recibir críticas pero que la misoginia era otra cosa.
Para ilustrar el momento mostró varias tapas de revistas de la época, entre ellas, la icónica “El goce de Cristina”, de Noticias. Y otras dos -una es una caricatura de Sabat (Clarín)- en las que la representaban con un ojo negro. “Tiene mucha actualidad”, apuntó.
En ese marco, afirmó que ella no era feminista y señaló que ninguna referente de ese movimiento, ni ninguna periodista, había cuestionado ese tipo de publicaciones.
La trama política
“Sería muy ingenuo de mi parte pensar que las tres personas que están sentadas ahí idearon esto”, agregó CFK en otro tramo de su declaración, y recordó que uno de los acusados había pedido que el propio Luciani lo represente.
“Incluso -agregó- después me entero que uno de los acusados le pidió a un dirigente de extrema derecha, que había participado de las marchas en la pandemia junto a otros dirigentes de la derecha, desde la presidencia hasta Patricia Bullrich, que le designara un abogado”.
“Después esa persona , Carrol, lo voy a nombrar– aclaró CFK, en referencia a Hernán Carrol, quien fue candidato a concejal en La Matanza por el partido de José Luis Espert- fue identificada viajando a Perú con el jefe de Gabinete de Gerardo Milman, cuando era secretario de Seguridad de la actual ministra. Imagínense que hubiera sido a la inversa”, subrayó.
A Gerardo Milman, una de las principales conexiones políticas del atentado, se refirió en varias ocasiones e incluso la fiscal de la UFEM le preguntó en particular por el rol de ex dirigente radical. Cabe recordar que hay testigos que declararon haber escuchado al diputado por Juntos por el Cambio decir “cuando la maten yo estoy camino a la costa”.
Además, dos semanas antes del intento de asesinato, había presentado un proyecto de ley en el que pedía hacer cambios a la custodia de la vicepresidenta. “No vaya a ser que algún vanguardista iluminado pretenda favorecer el clima de violencia que se está armando, con un falso ataque a la figura de Cristina, para victimizarla”, se podía leer textual .
Por si fuera poco, “los celulares de sus secretarias fueron borrados por el (actual) director de tecnología informativa del Ministerio de Seguridad (Jorge Adolfo Teodoro) que encabeza Patricia Bullrich. Todo tiene que ver con todo”, subrayóCFK en otro pasaje de su declaración.
“Imaginen que el atentado hubieses sido contra Mauricio Macri, y resulta que aparece un diputado de La Cámpora diciendo “lo vamos a matar”, y que los acusados le pidan a un dirigente que se manifiesta con él que sea su abogado”. “Solamente en la hipérbole argentina puede suceder lo que está sucediendo”. Y agregó que al aparecer ella como víctima “se le queman todos los códigos de procedimiento y hasta la Constitución”.
No es Capuchetti, es el partido judicial
Como había anticipado, Cristina Kirchner cuestionó duramente la instrucción de la causa a manos de la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo. Dijo que había sido “un desastre absoluto”, “solamente con los autores materiales”.
Sin embargo, aclaró que no estaba apuntando al rol individual de la jueza. “Puede haber un mal juez de instrucción, puede haber un mal juez de primera instancia, el problema es cuando ese juez es ratificado en sus instancias superiores”, explicó.
En ese sentido, se refería a la decisión de Capuchetti y ratificada por la Cámara Penal, de rechazar la unificación de la causa que se le seguía a los autores materiales con la de Revolución Federal.
Entonces, “no es solo Capuchetti, es el partido judicial porque es uno de los principales problemas que tiene la sociedad en cuanto a un poder que nadie ve que cumpla el rol que tiene que cumplir, que es administrar justicia de manera imparcial”, denunció.