Redacción Canal Abierto | Pese a que la “domada” de la inflación ha sido hasta aquí uno de los pocos y presuntos logros que puede ostentar el Gobierno, muy probablemente ya no lo tendrá en su lista de propaganda en el futuro inmediato.
Sucede que septiembre arranca con una serie de aumentos que, en todos los casos, impactan directamente en una economía doméstica ya castigada por un acumulado anual del 87% y una variación interanual del 236%.
Uno a uno, las subas que se vienen con el noveno mes del año.
Combustibles:
Con el aumento a los combustibles líquidos, que llevaba casi cuatro años congelado, y la actualización de los precios de los combustibles al crawling peg (devaluación administrada) del 2% mensual que estableció el Ministerio de Economía, los precios de nafta y gasoil volvieron a aumentar este domingo.
En promedio, en todo el territorio nacional, los combustibles aumentaron un 3%. Mientras, en la Ciudad de Buenos Aires el salto fue más alto y trepó a casi 7% en promedio.
En lo que va del año, la suba acumulada fue del 85%.
Prepagas:
Dependiendo de la empresa de medicina contratada, las subas irán entre el 4,5% y el 5,8%.
Las mismas están por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de julio (último disponible), que se ubicó en el 4%. Esto se debe a que ahora las empresas pueden ajustar “libremente”, luego de ganar la pulseada judicial contra la disposición que regulaba los aranceles.
Alquileres:
Según el Índice de Contratos de Locación (ICL), el incremento para aquellos que tengan que renovar contrato en septiembre será del 243,1%.
Si bien esta cifra implica una desaceleración del incremento en comparación con la inercia anterior, en números esto significaría que un alquiler que hasta agosto costaba $200.000, con el nuevo contrato será de $686.311.
Esto aplica para los contratos firmados entre 2022 y 2023 bajo la ley 27.551 —conocida como Ley de Alquileres— que fue derogada por la administración libertaria.
A esto se suma el incremento de expensas, que sufrió un sacudón en julio y se ubicó entre el 15% y el 20%. Acumulado, en lo que va de 2024 este aumento ya se ubicó en 101,6%.
Servicios:
El aumento anunciado será de hasta un 4% promedio para quienes no reciban el beneficio del subsidio otorgado por el Estado nacional para los servicios de luz y gas.
Para seguir recibiéndolo, todos los usuarios deberán inscribirse en el Registro de Acceso a los Subsidios de Energía (RASE), incluso si son beneficiarios de alguna asignación familiar o jubilados. Hay tiempo hasta el 4 de septiembre, inclusive.
Por su parte, los usuarios de agua potable y cloacas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) sufrirán un aumento del 4,48%, de acuerdo al nuevo cálculo establecido en la resolución 9/24 que indexa mensualmente el costo del servicio por inflación.
En cuanto al servicio de telecomunicaciones, éste variará según la empresa, pero el promedio de aumento se encuentra en 4,9%.
Colegios privados:
El 70% de las entidades educativas privadas y subvencionadas de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad de Buenos Aires se encuentran a la espera de la autorización para aplicar los aumentos.
En cuanto al otro 30% de los colegios, aumentará cerca de un 4,5%.
Transporte público
En uno de los temas más sensibles al bolsillo que es el transporte público, aún se desconoce el porcentaje de aumento.
Sucede que desde septiembre el gobierno nacional dejará de subsidiar el boleto integrado de la Red SUBE en los colectivos que circulan exclusivamente en la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad de Buenos Aires, aunque se mantendrá en aquellas líneas que crucen de una jurisdicción a la otra.
Si bien el gobierno bonaerense comandado por Axel Kicillof anunció que peleará la medida y si es necesario recurrirá a la Justicia, por ahora decenas de miles de usuarios que toman colectivos de corta distancia a diario para asistir a sus trabajos sufrirán un aumento en el boleto de 25%, en el caso de los que toman dos transportes, y de 40% para quienes toman tres.
Ilustración: Marcelo Spotti