Redacción Canal Abierto | El vencimiento de la concesión privada para el dragado y balizamiento de la llamada Hidrovía Paraná-Paraguay en abril de 2021, durante el gobierno de Alberto Fernández, activó un fuerte debate sobre la importancia estratégica de recuperar el control estatal sobre la vía troncal de navegación por la que circula el 80% del comercio exterior argentino.
Pero al igual que otros asuntos que implicaban confrontar con el poder real para poder recuperar soberanía política y económica -como el caso de Vicentin– la decisión de dilató de forma indefinida y tras la asunción de Javier Milei en el gobierno nacional, terminó de frustrarse.
En línea con su ideario, y bien asumió, el nuevo Ejecutivo selló un opaco acuerdo de colaboración para la realización de ejercicios conjuntos con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos y anunció una nueva licitación internacional por 30 años, prorrogable por otros 30 y 100% privada. Según informó Guillermo Francos, jefe de Gabinete, la misma se concretará antes de fin de año.
Para conocer las consecuencias profundas de la desregulación que impera al menos desde 1995, cuando Carlos Menem le otorgó la concesión al grupo Hidrovía S.A., Canal Abierto presenta “Ambiente Río Paraná”, un corto documental que es a la vez una experiencia: un viaje en lancha por el tramo de las costas de Rosario y del Puerto San Lorenzo de la mano de investigadores, trabajadores estatales y activistas.
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“Estamos en la ciudad de Rosario, es un paisaje muy natural para lo que se conoce como Hidrovía… a mí me gusta llamarlo Río Paraná”, dice Ariel Ocantos, del Taller Ecologista de Rosario, quien antes de embarcar explica cómo se articula ese canal fluvial con el polo industrial de Rosario en el complejo oleaginoso más grande del mundo.
Otro de los guías es Carlos Preite, ex trabajador del SENASA. “Las multinacionales tienen prerrogativa de embajadas. Es muy difícil auditarlos, fotografiarlos. Entrar siempre fue problemático, pero lo hicimos igual, hasta que se fue naturalizando”, relata mientras muestra algunas de las huellas que deja en el ambiente el complejo agroindustrial, la draga constante y el tránsito de miles de barcazas y buques al año.
Ya en tierra, desde la sede de ATE Rosario, la trabajadora de Vías Navegables, Griselda Gianni, dice que “la Hidrovía nunca de la controló, y así está el canal navegable”. “Nuestros compañeros inspectores tienen que subir y esperar la draga o a prefectura, porque lanchas propias no tenemos”, grafica.
Realización: Juan Alaimes. Grabado en los meses de la sequía y la bajante del Río Paraná de los años 2020 y 2022.