Redacción Canal Abierto | A casi un mes del asesinato del bagayero Fernando Gómez en Orán, Salta, en el marco del Plan Güemes de Gendarmería Nacional, el abogado que representa a la familia dio a conocer un parte de prensa en el que afirmó que la causa judicial seguía estancada. En esa línea, cuestionó que aún no se conozca el calibre de las armas disparadas, ni el resultado de la autopsia y pidió que se llame a declarar tanto a los gendarmes como a los trabajadores que sufrieron el hecho.
A la fecha del 13 de enero, detalló, “la pericia balística no estaba incorporada al legajo, en consecuencia, no conocemos el calibre del arma que la disparó”. “La autopsia se hizo -agregó- pero no conocemos aún su resultado”. Por esto, el abogado sostuvo que tampoco se conoce si el cuerpo de Fernando tenía solo los impactos de bala u otro tipo de heridas, ni si en el estudio se determinó la distancia y dirección (ascendente, descendente, etc.) del disparo.
En el escrito, el abogado reconocido por su labor en causas por delitos de lesa humanidad y de defensa de los derechos humanos, también subrayó que el cuerpo de Fernando “fue cargado al hombro y sacado a la ruta” y que, por tanto, “la escena del crimen no fue preservada”.
Cabe señalar que en el marco de la causa que lleva adelante la auxiliar fiscal federal de Orán, María del Carmen Núñez, Leiva también es parte de la querella que representa a Arnaldo Ariel Gareca y a Franco Walpa, los otros dos trabajadores heridos por disparos de arma de fuego en aquella madrugada del 18 de diciembre.
14 gendarmes, 1800 disparos
En el parte, Leiva además aportó la información disponible sobre el todavía confuso episodio. En ese sentido, indicó que el Comandante Principal del Escuadrón 20, Marcelo Rafael Zselect, presentó un escrito en el que relató que en el operativo del que participaron múltiples secciones de Gendarmería, fueron 14 los efectivos que dispararon y que, en total, se efectuaron 1800 disparos de perdigones de goma Munición AT (anti tumulto), de escopetas CAL 12/70.
En el informe, el comandante además detalla que estas fueron disparadas en dirección 45° hacia el suelo (o sea, a la altura de las piernas); declaración que se contradice con los hechos que posteriormente se conocieron y están a la vista: aunque falta la confirmación de la autopsia, el disparo que mató a Fernando habría impactado en su pecho, mientras que Gareca, que ya fue dado de alta y sigue con dificultades para hablar, recibió un balazo de plomo en la cabeza.
Según aseguró su hermana en declaraciones a Salta/12, los gendarmes le sujetaron la cabeza y le dispararon: “lo quisieron rematar”, aseveró la mujer.

La hipótesis del enfrentamiento y de que los bagayeros pudieron haber disparado con armas de fuego también es descartada -según Leiva- por la propia versión de los gendarmes. “En el relato oficial no figura que en dirección a los Gendarmes se hallan disparado armas de fuego y, en consecuencia, no está planteado un enfrentamiento con armas de fuego entre bagayeros y gendarmes”, sentenció el abogado.
En el mismo sentido, una “campana” de los grupos de bagayeros que esa noche intentaba cruzar mercadería a Bolivia, declaró en la causa que “de donde salían los disparos había gendarmes, y que con otras mujeres se escondieron cuando empezaron a sentir los disparos”, añadió Leiva.
En línea con la primera versión que quiso imponer la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, sobre que Fernando y los demás trabajadores eran narcotraficantes, en la causa Gendarmería informa que “los bagayeros llevaban 51 kilos de cocaína, 635 Kilos cartones de cigarro y 216 kilos de coca”. Por su parte, un primo de Fernando declaró que la víctima solo transportaba hojas de coca y que el grupo “no llevaba armas”.
Por último, el abogado indicó que, hasta el momento, el único organismo que había presentado pedidos de informes fue el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), pero que este no fue respondido. “No consta que hayan pedidos de información de diputados o senadores, nacionales o provinciales”, consignó.