Redacción Canal Abierto | El 9 de agosto de 2000, llegó al Congreso de la Nación la Marcha Grande por el Trabajo, que había partido de Rosario el 26 de julio. Unas 25.000 personas esperaban a los trabajadores que participaban de la movilización impulsada desde la CTA, que interpelaba al Poder Legislativo en un contexto de desocupación, pobreza y desintegración social crecientes. Desde esa gesta se planteaba la necesidad de un Seguro de Empleo y Formación, la Asignación Universal por Hijo e Hija y la asignación para personas en edad jubilatoria sin cobertura previsional.
Al cumplirse 25 años de dicha gesta, las dos CTA realizaron un acto conmemorativo en la sede de la CTA Autónoma. La actividad contó con una muestra fotográfica, mapping con documentos históricos, un video sobre la Marcha Grande, un conversatorio con Víctor De Gennaro, Marta Maffei, Claudio Lozano, Hugo «Cachorro» Godoy y Hugo Yasky, y el reconocimiento a referentes y protagonistas de esa movilización.
En el conversatorio, coordinado por la Secretaria de Juventudes de la CTA Autónoma Joana Giménez, el presidente de Unidad Popular y referente histórico de la central Claudio Lozano planteó que “la Marcha Grande instaló una cuestión que estaba completamente desplazada por el discurso dominante, que tenía que ver con la distribución del ingreso”.
“La pelea por el ingreso fue la clave que instaló nuestra propuesta, y fue sobre la base de entender que había un mundo del trabajo que había cambiado, con un desborde de la informalidad, y el achicamiento de la formalidad. Y ahí fue muy importante que nosotros recuperemos la idea de la universalidad como criterio conceptual”, agregó.

Marta Maffei entonces era Secretaria Adjunta de la central y venía de protagonizar otra protesta épica, como fue la Carpa Blanca de los docentes durante los últimos años del gobierno de Menem. “Estoy muy contenta de saber que los trabajadores seguimos siendo un motor, que no nos resignamos, que dimos pelea y vamos a seguir haciéndolo”, expuso ayer.
Y señaló que “los derechos de los trabajadores a vivir con dignidad se fueron incorporando como derechos humanos. Eso fue la Marcha Grande, que al igual que la Marcha Blanca de los docentes, implicó que todos nos reconociéramos como trabajadores, y sin la clase trabajadora en general, no había educación pública posible. Eso fue esta marcha, saber que somos un colectivo que estamos fuertemente presionados por un capitalismo que ha decidido explotarnos, y lo hace con la amenaza del desempleo”.
Victor De Gennaro, entonces Secretario General de la CTA, evaluó que “la desocupación es una herramienta que utiliza el poder para condicionar el aumento de los salarios, pero también creo que el hambre es la herramienta de control y disciplinamiento social más importante”.
“Una central debe pelear para que los trabajadores tengan derechos, pero lo principal es combatir lo que el hambre hace: la destrucción de la comunidad, es el no poder pensar, por eso sigue habiendo hambre y pobreza. Aunque nos dicen que es algo que no pueden corregir. En un país donde sobra comida, lo que falta es vergüenza para organizar al pueblo y que todos tengamos que comer”, afirmó De Gennaro.
El cierre estuvo a cargo de los actuales secretarios generales de ambas centrales. Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, destacó que “después de tantos años, sentimos que lo que hicimos sirvió, a pesar de este momento en que tenemos un presidente famoso en el mundo por la crueldad con la que atropella a la gente. Yo creo que esto forma parte de una pelea. Somos parte de una historia y en esta marcha en particular, la CTA ocupaba un lugar central en la clase obrera argentina. El acto que nos esperaba en Buenos Aires, superaba ampliamente nuestra capacidad de convocatoria”.

En el final, su par de la CTA Autónoma, Hugo «Cachorro» Godoy, aseveró que “poder recuperar esta historia es lo que nos da fuerza hacia adelante y lo que nos da sentido. La marcha no fue solamente una idea de 4 o 5 dirigentes, ni siquiera de todos los que marchamos. Fue posible porque estaba la voluntad de hacerla realidad de caminar construyendo un futuro. Y a lo largo de los días éramos cientos y cientos los que nos reuníamos en cada acto. Nos reunía la expectativa y la decisión de construir la unidad de la clase”.
“Este sentido es muy importante para recuperar 25 años después. La capacidad de construir una nueva central sindical, y de decir que no, no es solo una cuestión de resistencia, sino de ofensiva a partir de la decisión y de la propuesta. Este gobierno neofascista, que llegó a la Rosada por el voto, eso es resultado de la falta de esperanza en otra cosa. La unidad tiene sentido para que emerja la rebeldía popular en torno a propuestas, recuperando el sentido profundo de la soberanía popular para encarar las transformaciones necesarias”, concluyó Godoy.




