Redacción Canal Abierto | El Premio Nobel de la Paz de 1980, titular del Servicio de Paz y Justicia (SerPaJ) y referente mundial de los derechos humanos, Adolfo Pérez Esquivel, publicó en los últimos días un carpa abierta cuestionando la amenaza abierta de invasión militar de Estados Unidos contra Venezuela.
Un escuadrón naval norteamericano apostado en aguas cercanas a las costas bolivarianas genera desde hace días tensión en la región. La movilización, que incluye varios buques de guerra y miles de infantes de marina, responde a una orden ejecutiva del presidente Donald Trump. La presencia de estas unidades provocó una reacción inmediata por parte del gobierno de Nicolás Maduro, que anunció medidas de vigilancia y defensa en sus territorios.
La nota de Perez Esquivel
La mentira es la madre de todas las violencias, y Donald Trump la emplea contra los pueblos que se oponen a la política y los intereses de Estados Unidos. Amenaza con una intervención militar en Venezuela para derrocar y arrestar a Nicolás Maduro. Esta postura evidencia que Estados Unidos aún concibe a América Latina como su “patio trasero”, una mentalidad que se manifiesta en el bloqueo económico mantenido por más de sesenta años contra Cuba y en la ocupación de la base militar en Guantánamo.
Este no es un patrón de comportamiento nuevo. George W. Bush utilizó la mentira para invadir Irak, acusando falsamente a Saddam Hussein de poseer “armas de destrucción masiva”. El verdadero objetivo fue derrocar a un antiguo aliado en la guerra contra Irán. Esas mentiras provocaron la muerte de niños y civiles a manos de las tropas estadounidenses y sus aliados, facilitaron el saqueo de recursos culturales y naturales del pueblo iraquí y aseguraron el control del petróleo. Nunca se encontraron las armas que Bush afirmaba que existían. De igual modo, la invasión militar de Panamá, que causó la muerte de mil quinientos panameños en el barrio popular de Los Chorrillos, se basó en falsedades para capturar al general Manuel Noriega, otro antiguo aliado ahora acusado de narcotráfico. Todas estas intervenciones e impunidades forman un legado histórico.
Ahora, Trump recurre a los mismos métodos y argumentos desgastados, etiquetando a Maduro como “narcoterrorista”. Ha desplegado en el Caribe miles de soldados, barcos de guerra y otros recursos, amenazando abiertamente con una intervención militar. Ante esta escalada bélica, el pueblo venezolano se prepara para un posible conflicto armado, mientras observa el silencio complaciente de la ONU, la OEA y numerosos países.
La política de Trump socava activamente el derecho internacional y viola protocolos, pactos y declaraciones de Derechos Humanos de la ONU. Utiliza su poder de veto en el Consejo de Seguridad para bloquear sanciones contra Israel, acusado de genocidio contra el pueblo palestino, e incluso presiona al Tribunal Penal Internacional para que retire las acusaciones de genocida contra Benjamin Netanyahu. Los bombardeos conjuntos de Estados Unidos e Israel contra objetivos en Irán colocan al mundo en un estado de profunda inseguridad, al desconocer por completo la soberanía de los pueblos y el marco legal internacional.
Mientras tanto, en la Franja de Gaza, los palestinos son víctimas de una continua “limpieza étnica” por parte de Israel, que los mata mediante el hambre y la violencia armada. Europa, por su parte, guarda un silencio cómplice y continúa apoyando al gobierno israelí.
Adolfo Pérez Esquivel
Buenos Aires, agosto, 2025

