Por Federico Chechele | La Oficina del Presidente difundió un video de casi 4 minutos de Milei de smoking ingresando a Mar-a-Lago y estrechando la mano a mujeres elegantes y hombres de negocios ultraconservadores que no conformes con el saludo se le acercaban con una sonrisa para sacarse una selfie. Luego, Milei se subió al escenario de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y antes de brindar su discurso bailó al ritmo de “YMCA”, la canción más emblemáticas del grupo Village People que hoy representa al mundo paralelo de Donald Trump.
“Vamos a hacer Argentina y América great again” con “un gran consenso capitalista”, proclamó el presidente argentino frente a hombres que prometen inversiones que nunca llegan. Envalentonado por su triunfo electoral se animó a llamar a la comunidad estadounidense a “no dejarse intimidar por algunos resultados locales”, en referencia a la victoria de Zohran Mamdani en Nueva York, y entre otras frases de su estilo confrontativo aseguró que “dos de cada tres argentinos no quieren volver al pasado, ya no quieren más socialismo del siglo XXI, ya se dieron cuenta de la mentira”.
Cuando se ganan las elecciones, se terminan tolerando situaciones grotescas para un presidente de la república, con los riesgos que implican cada una de sus declaraciones. Por ahora, deja de ser un escándalo: cuenta con el respaldo de las urnas y el aval de Estados Unidos. Nada mal para una gestión que en dos años concretó un blanqueo millonario, solicitó créditos al FMI, al BID, al Banco Mundial y a entidades privadas, además de adelantar liquidaciones del sector agroexportador y negociar un swap con el Tesoro norteamericano.
En medio de este disparate que reduce a la nada aquel esplendor de pizza con champagne de los años 90, esta semana Zohran Mamdani, candidato “democratic socialist”, ganó las elecciones a alcalde de Nueva York. Sin depositar la confianza ingenua que se ha intentado colocar en dirigentes estadounidenses como Barack Obama o Kamala Harris -quienes impulsaron políticas de intervención militar en los cinco continentes-, Mamdani mostró cómo es posible articular respuestas políticas desde el campo popular.
Frente a la agresiva campaña del trumpismo que lo atacó por ser “musulmán”, “anti-judío” y “comunista”, el alcalde electo respondió con propuestas concretas: control de alquileres, sistema gratuito de guardería para las familias, transporte público más accesible y mayores impuestos a los súper millonarios. Con esa estrategia, centrada en los problemas cotidianos de la gente y en redistribuir recursos, logró enfrentar y vencer a la ultraderecha.
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Milei se prepara para convocar a sesiones extraordinarias del Congreso después del 10 de diciembre, con el objetivo de avanzar en las reformas laboral, tributaria y previsional. La primera de ellas será la orientada al mundo del trabajo, presentada como una herramienta para fomentar el empleo formal, aunque los proyectos conocidos hasta ahora priorizan la flexibilización en beneficio del sector empresario.
El nuevo escenario legislativo obligará a la oposición a construir acuerdos dentro del Parlamento y a articular una respuesta con el movimiento sindical.
El miércoles pasado, la CGT renovó sus autoridades con un triunvirato integrado por Jorge Sola (Seguros), Cristian Jerónimo (Vidrio) y Octavio Argüello (Camioneros), una conducción con menos peso político que la anterior, pero que mantiene la intención de dialogar más que confrontar.
Los sindicatos de Seguros y Vidrio carecen de fortaleza histórica y capacidad de movilización, por lo que su llegada no genera grandes expectativas de conflicto. Su principal aporte es una reducción en la edad promedio de la conducción. Como toda nueva dirección, es probable que al principio muestren cierta dureza, para luego encarar la negociación de la reforma laboral, que será el primer desafío real de este triunvirato.
La elección reflejó división y desorganización interna entre los tres sectores que quedaron disconformes con la forma en que se llegó al acuerdo y mal organizado incluso hasta el momento de votación. Así, la nueva CGT llega a un período en el que deberá enfrentar reformas clave para la clase trabajadora, con la dificultad de consolidar su unidad interna y su capacidad de negociación.
Ese mismo día, la CTA Autónoma junto a la CTA de los Trabajadores conmemoraron los 20 años del NO al ALCA en Mar del Plata con un respaldo internacional inusitado para los tiempos que corren. En medio del proceso de unificación que vienen desarrollando las dos CTA -que irán a elecciones durante el 2026- ambas centrales se reunieron para avanzar en sus proyectos de reforma laboral para confrontar con la propuesta del Gobierno nacional. En la misma, se pronunciaron a favor de un salario universal, reducción de horas de trabajo, ampliación de las licencias parentales, de regular a los trabajadores de plataformas digitales para mejorar sus condiciones con derechos y obligaciones para las empresas, entre otros planteos.
Junto a las dos CTA participó el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien cerró el encuentro del miércoles con un discurso encendido contra Milei y un llamado a la unidad de todos los sectores del campo popular.
Ese mismo día, los intendentes bonaerenses del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) que lidera el gobernador, bajo el título “Hay otro camino” difundieron un comunicado en el que dejaron varias expresiones hacia la interna peronista y comenzaron a perfilar al gobernador hacia 2027. Apurando el armado electoral, destacaron que Kicillof “será protagonista de la reconstrucción” y que el peronismo “tiene la tarea de volver a enamorar y proyectar un futuro mejor, sin nostalgias ni rencores”.
Todos los dardos apuntaron a Cristina Kirchner quien, la semana pasada, tras la derrota electoral del 26 de octubre, cuestionó el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires responsabilizando directamente al gobernador y al apoyo de los intendentes. Ahora se viene la disputa por la presidencia del PJ bonaerense y los jefes comunales que se recuestan al lado de Kicillof ya explicaron que Máximo Kirchner no los representa para este momento de fortaleza que necesita la provincia. En Mar del Plata, cuando el gobernador finalizó su discurso, hubo cánticos pidiendo “Axel Presidente”, que él mismo respondió de pie, sonriendo y aplaudiendo.
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El presidente Milei logró revertir la tendencia negativa tras ocho meses de caída continua y alcanzó el 55% de positividad en su imagen digital con el arrastre de las elecciones y el apoyo de Estados Unidos.
Sin embargo, un estudio elaborado por Pensar Lab explica que el 41% de los argentinos siente que vive peor que sus padres y el 63% ya resignó consumos. El deterioro de la clase media se agudizó en los últimos años. Los argentinos sienten que la clase media está en retroceso, el 55% cree se está achicando y sólo dos de cada diez que está creciendo. Y dos de cada tres argentinos se perciben en el último escalón de la clase media, o que ya han caído de ella.
Este desajuste entre la mejora en la percepción presidencial y el deterioro del bienestar social plantea un desafío para el campo popular, que todavía no logra reconstruir una narrativa capaz de conectar con el descontento de los sectores medios y bajos.
La oposición busca reencontrar una estrategia que le devuelva competitividad frente a un gobierno que combina discurso disruptivo, respaldo internacional y control de la agenda pública. El rumbo de las reformas y la capacidad del movimiento obrero y el peronismo para articular una respuesta definirán la dinámica política de los próximos meses.

