Redacción Canal Abierto | No es habitual que un primer disco se convierta en el eslabón perdido de la carrera de un artista. Pero es lo que ocurre con H2O, álbum con el que en 1995 Daniel Melingo dio el puntapié inicial a su carrera como solista y que constituye su retorno al país tras una década de estadía en Europa.
A comienzos de la década del 80, el músico tenía un prontuario envidiable en el ambiente: al mismo tiempo formaba parte de dos de las bandas que sacudían el avispero del rock con un nuevo sonido y un aire renovador, a tono con los tiempos que se vivían en el ocaso de la dictadura y el advenimiento de la recuperación institucional.
Entonces era uno de los compositores, guitarrista y vocalista de Los Twist y fue una de las cinco puntas de la estrella conformada por Miguel Abuelo en su versión 80s de Los Abuelos de la Nada, donde tocaba el saxo y una canción de su autoría, Chalaman¸ devino un clásico de la banda y del rock nacional. Como si fuera poco, en 1983 fue convocado por Charly García como parte de la banda de apoyo con el que presentaría en vivo Clics modernos, otro disco canónico en la banda sonora de la época. En síntesis, era un músico que estaba en los lugares que sus colegas querrían estar.
El siguiente registro que el público masivo argentino tiene de Melingo es de más de una década después, cuando con Tangos bajos devendría en uno de los nombres que revitalizaría el ritmo ciudadano argentino por excelencia. El año es 1998.
Tres años antes, Melingo lanzaba el disco que nos ocupa y de cuya edición este año se cumplieron tres décadas. Para entonces, retornaba al país tras una estancia de una década en el viejo continente. Primero recaló en España, donde dio forma a Lions In Love, banda que dejó dos discos: un homónimo y Psicofonías. Luego, antes del retorno, pasó una temporada en Londres haciendo cosas como DJ y productor.
Otro dato raro de H2O es que surge tras dos intentos que no prosperaron. La primera fue pensada en función de canciones pertenecientes a la etapa fundacional del rock nacional y para ello recurriría a su amigo y ex compañero de Los Abuelos de la Nada Cachorro López, que en ese momento era uno de los productores más renombrados del país.
“Cuando Dani volvió de Europa, me vino a ver para hacer un proyecto que tenía que era hacer unos remixes, algo dance, con clásicos rock nacional. Le dije que yo me prendía para hacer lo que él quisiera, porque me divierte trabajar con él. Pero le planteé por qué no hacía un disco con él cantando”, recuerda López hoy ante la consulta de Canal Abierto.
“Me imaginé un disco con él a lo crooner. Yo lo veía en ese rol, porque cantaba un solo tema en los Abuelos (N.de R. se trata de Chalaman) y era espectacular. También cuando cantaba en Los Twist. A mi me parecía que él podía ser un gran frontman, cosa que terminó siendo después”, agrega el productor
El recuerdo de López continúa con un encuentro con el histórico productor Pelo Aprile, quien era amigo de ellos de los años de los Abuelos y por entonces estaba a cargo de la dirección artística de Polygram. “Cuando le llevamos el proyecto, primero Dani presentó su idea y Pelo le dijo exactamente lo mismo que le dije yo: ¿por qué directamente no cantas y hacés un disco tuyo? Y ahí Dani se terminó de convencer y se mandó a hacer eso. Aparte estaba muy contento de tener un sello que lo respaldara”, agrega.
Sin embargo, la compañía no se terminaría de convencer acerca de que el repertorio estuviera integrado por versiones y le propusieron que hiciera algo con temas propios. “Porque después se empezó a revalorizar el rock nacional. Pero hasta ese momento no había muchas versiones de esos temas fundacionales. Entonces me propusieron hacer canciones de cero, que fue lo que hice”, responde hoy Melingo, también a la consulta de Canal Abierto.
La siguiente idea fue hacer un disco conceptual basado en El Eternauta, la historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. “Llegué a conversar con la viuda de Oesterheld. En ese momento ella me cuenta que estaba trabada legalmente porque habían sido vendido los derechos de la historieta a un editor y no tenía el permiso de poder utilizar el nombre”, cuenta Melingo.
“Ella me contó que había muchas ideas y ofrecimientos para hacer obras de teatro, una ópera y películas. Evidentemente después se destrabó la cuestión, pero en ese momento no se podía. Con el pasar de los años conocí a sus nietos, los dos son artistas”, agrega.
Si bien estas ideas serían abortadas, sobrevivirían temas que integrarían la lista de temas de H2O. Del proyecto de El Eternauta quedarían las canciones que cierran el disco: Nieve mortal y Juan. Y del nonato disco de versiones se grabaron la de Fermín, de Almendra. También la de Alegría de vivir, de Ray Heredia.
El nuevo material tendría una instancia de preproducción y maqueteo en La Diosa Salvaje, el estudio de Luis Alberto Spinetta, quien aprobó la versión de Fermín y accedió a dar un momento que sólo quedó registrado en la memoria de los presentes.
“Resulta que él siempre estaba ahí, cocinando, haciendo chistes, contando historias con esa gracia especial que tenía y escuchaba lo que hacíamos. En un momento estábamos con Mariano, el técnico histórico de él, grabando Juan Salvo. Luis estaba ahí y yo le propuse cantar el tema Juan Salvo y lo cantó. Así que originalmente estaba cantado por él”, relata Melingo.
Sin embargo, quienes tienen presente el tema el disco, intuyen que la historia no tiene un final feliz. Melingo explica que “él justo estaba trabajando y por sacar material nuevo, así que después me pidió por favor si podía guardarlo y no publicarlo en ese momento porque estaba justo por salir un álbum de él. Por supuesto que yo seguí su pedido”, cuenta el cantante.
Tampoco se pueden albergar esperanzas de que esa toma pueda ser difundida en algún momento. Sobre esto, Melingo señala que “lo que no pude hacer fue guardar esa pista. En ese momento grabábamos en 24 pistas con cinta abierta de 2 pulgadas. No sobraban las pistas como sobran ahora, que hay tantas posibilidades de grabación y de toma. Así que sólo quedó en el recuerdo la voz de él cantando Juan Salvo”.
Sin embargo, si hay algo de lo que no carece H2O es de invitados notables. Algunos son viejos camaradas de bandas de Melingo como Andrés Calamaro, Pipo Cipolatti, Pablo Guadalupe, Willy Crook y el propio Cachorro López. También otros nombres como los pianistas Patán Vidal, Sebastián Schon y Didi Gutman, los bajistas Pedro Aznar y Guillermo Vadalá (entonces parte de la banda de Fito Páez) y el baterista Pomo Lorenzo, que había formado parte de Invisible junto a Spinetta.
“Ibamos armando los temas nosotros con programación y después íbamos invitando gente. Dani había estado ausente de la escena local, pero en el ambiente de los músicos siempre fue respetado y nunca perdió ningún lugar. Cuando invitábamos gente a tocar todos se enganchaban”, aporta López.
Y recuerda “particularmente Fermín, en el que Pedro Aznar tocó que es espectacular, parece que fuera Paul McCartney. Y todos los que participaron, acá y en Nueva York, lo hicieron con la mejor actitud, porque les gustaba mucho el material”.
La referencia a la ciudad que nunca duerme es porque además de las sesiones en La Diosa Salvaje, Melingo y López pasaron un mes en Nueva York, grabando con músicos cesionistas afincados en esa ciudad como el trombonista Tom Malone, que había tocado con Frank Zappa y formado parte de la banda de apoyo de los Blues Brothers; el percusionista brasileño establecido en Estados Unidos Ciro Baptista; el baterista Graham Hawthorne y el guitarrista Ira Seagal. También en la Gran Manzana realizaron la mezcla.
El resultado es un material muy fresco, ejecutado con precisión, que alterna distintos climas. A lo largo de 11 pistas hay euforia, intimismo, oscuridad y alegría. También invitación al baile, a partir de ritmos como el reggae, el funk y dub.
El disco prácticamente no fue tocado en vivo tras su llegada a las bateas. El productor tiene el recuerdo de “una sola presentación y en un lugar muy chico”. La explicación que encuentra es que “él no se sentía cómodo en ese lugar frontman. Eso fue un poco también en lo que pasó con este proyecto. En ese entonces él era talentosísimo componiendo y tocando pero no tenía realmente el aplomo de un de un líder o de un cantante. A mí me encanta como canta, pero en su proyecto él no incluía su faceta como cantante. Ese personaje sí lo encontró después con el tango”.
De los temas de H2O, Melingo volvió a grabar Juan, que también cierra el disco en el que fue incluido. Se trata de Linyera, de 2014. Quizá ya libre de cepos legales, fue rebautizado como Juan Salvo, El Eternauta. Es uno de los temas de H2O que formó parte de las listas de temas de los Encuentros Maximalistas, un ciclo de 4 recitales que tuvieron lugar en Niceto entre 2022 y 2023 y en los que repasó su repertorio con la presencia de viejos colegas y amigos de la música como Andrés Calamaro, Hilda Lizarazu, Cachorro López, su hijo Félix Melingo Torres, Miguel Zavaleta, Carca, Richard Coleman, Hugo Lobo, Kubero Díaz o Maxi Prietto. Los otros temas de H2O que se escucharon esas noches en el reducto de Colegiales fueron Maldito policía, Viejo sol y la versión de Alegría de vivir.
A 30 años de su publicación, el disco no se encuentra en plataformas de manera oficial. Es una potestad que tiene Universal, el sello propietario de los derechos del fonograma. Sí ha sido rescatado por algún entusiasta del trabajo que lo ha subido a You Tube. Sin embargo, es muy valorado en el submundo melómano.
López comparte esta apreciación y concluye: “es un disco de una gratificación artística espectacular. Le dedicamos mucho tiempo y mucha onda. Yo fui muy feliz haciéndolo y estoy muy orgulloso de los resultados. Es un disco de prestigio, de categoría. A mí me suena supergenial el disco. Lo sigo escuchando y me sigue gustando, como también me gustan las cosas que hace Daniel ahora”.
En la actualidad, Melingo se encuentra dando las pinceladas finales de Tangos Bajos Rework, un proyecto musical documental en el que revisita el disco fundacional de su carrera en el tango con versiones cantadas por músicos de distintas corrientes musicales: Pity Alvarez, Fito Páez y Pablo Lescano, entre otros. Además, se presenta regularmente con la Típica Melingo, orquesta de tango integrada por más de 10 músicos.
Ficha técnica:
Alineación:
Daniel Melingo / Voz, guitarra, programación, acordeón, clarinete
Cachorro López / Programación, coros
Martín Aloé / Bajo
Graham Hawthorne / Batería
Ciro Baptista / Percusión
Tom Malone / Trombón
Sandra Baylac / Coros
Sebastián Schon / Programación, piano
Pablo Guadalupe / Batería
Quebracho / Coros
Pomo / Batería
Ira Seagal / Guitarra española, guitarra eléctrica
Willy Crook / Voz de «Belfegor»
Pedro Aznar / Bajo, melódica
Stan Getz / Saxo soprano (¡¡¡!!!)
Larry Etkin / Trompeta
Didi Gutman / Órgano Hammond
Andrés Calamaro / Voz
Pipo Cipolatti / Narrador
Guillermo Vadalá / Bajo
Patán / Piano Fender Rodhes

