Redacción Canal Abierto | “No hay ninguna posibilidad de una corrida cambiaria”, afirmó ayer el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ante la inminente baja de la tasa de interés del Central que amenaza con volver la divisa todavía más atractiva para los inversores argentinos. Pero el dólar volvió a subir: durante el mediodía escaló siete centavos al cierre de esta nota se encontraba en $19,38 para la venta, luego de haber tocado el récord de $19,41.
Los intentos de Frigerio por mantener la calma en los mercados fueron vanos. Luego de un cierre de año donde la moneda norteamericana acumuló 95 centavos en dos semanas, su afirmación de que hay “récord de reservas en el Banco Central” que “van a impedir cualquier cimbronazo o cualquier corrida” parece haber logrado el efecto contrario.
Mientras, el dólar sube a la espera de que Federico Sturzenegger anuncie la baja en la tasa de interés de referencia, en 28,75%, tras la reunión del comité de política monetaria del Banco Central. Esta tasa impacta directamente en la licitación de Lebac la semana que viene, única herramienta de la que parece disponer el Gobierno para atraer inversiones hacia el peso, que en dos años se devaluó un 100%.
La suba, de todas formas, se condice con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos asesores aconsejaron al país una devaluación del 25%, que llevaría el dólar a 22 pesos.
Según el FMI, el tipo de cambio está sobrevalorado –ya que el peso fue empujado por la inflación- y subirlo serviría para achicar el déficit fiscal. Curiosamente, los principales impulsores del crecimiento de este último son los intereses de deuda, que en su mayoría está en dólares y que el gobierno de Cambiemos acrecentó en unos US$ 146 mil millones.