Redacción Canal Abierto | Este miércoles 24 de enero la Sala 8 del Tribunal Regional Federal 4 de Porto Alegre ratificó la condena a Inacio Lula Da Silva dictada en primera instancia por juez Sergio Moro, famoso por el caso del Lava Jato. Incluso la amplió, de 9 a 12 años y un mes.
El revés judicial para Lula generó gran desilusión y rabia entre las decenas de miles de petistas y movimientos sociales que en los últimos días desembarcaron en Porto Alegre y acamparon para dar su apoyo al ex mandatario.
Sin dudas también significó un fuerte cimbronazo para el escenario político brasileño con miras a las elecciones presidenciales de este año. Y si bien el hombre fuerte del PT no irá a la cárcel (sólo podría ocurrir una vez agotados todos los recursos jurídicos) y aún le quedan instancias de apelación, su candidatura para las elecciones presidenciales de octubre está cada vez más comprometida.
De confirmarse, la proscripción judicial no sólo repercutiría sobre quien encabeza los sondeos de intención de voto para los comicios generales de octubre próximo. También sufriría la democracia brasileña, de por sí coartada tras el golpe de Estado “institucional” contra Dilma Rousseff que entronó al derechista Michel Temer en la presidencia.
Acusación y condena
El juez Sergio Moro, famoso por el caso del Lava Jato, había condenado en primera instancia a Lula a una pena de 9 años y medio de prisión por corrupción y lavado de dinero, basándose en la supuesta entrega por parte de la constructora OAS de una propiedad al ex-presidente como pago de un favor político.
“El argumento del juez fue que ese departamento entregado a Lula fue en compensación de `actos de oficio indeterminado`. Es interesante tomar literalmente esto ya que demuestra que para Sergio Moro no está determinada cuál habría sido la gestión de Lula a favor de la empresa”, explica Schapiro en esta entrevista con Canal Abierto.
“¿Por qué es importante que haya un `acto de oficio´, como plantea Moro, aunque sea indeterminado?”, se pregunta el abogado y analista internacional. “Si no lo planteara de esta manera no habría podido tener competencia como juez, ya que esto sucedió en San Pablo, y por lo tanto no hubiera podido seguir adelante con el juicio”.
El candidato
De cara a las elecciones presidenciales de octubre de este año, el analista político asegura que “Lula es el candidato que más mide, por lejos, en las encuestas y, curiosamente, el de menor imagen negativa de todos los postulantes”.
“En todos los escenario de ballotage medidos, Lula se hacía con la presidencia nuevamente”.
“Es un expediente en el cual lo mediático y lo judicial se cruzaron fuertemente, y donde todas las decisiones suelen tener un correlato con los tiempos políticos: esta última confirmación de la condena se adelantó en relación a los tiempos habituales, entre otras cosas, para evitar que Lula esté en campaña. También porque estamos en vacaciones, casi en Carnaval, un momento en que la opinión pública está en otra cosa”, detalla.
La reacción popular y la posición del establishment
En al menos un sector la condena de Lula da Silva provocó resultados positivos: la Bolsa de Valores tuvo un incremento de casi 3%, y el dólar se desplomó 2,7%. A su vez, los títulos de la petrolera brasileña Petrobras subieron 11,4%. Sin lugar a dudas, el sistema financiero se mostró conforme con la noticia, y de seguro también varios de sus oponentes electorales.
“Habrá que ver qué significa para el pueblo brasileño que Lula no sea candidato, qué reacciones puede generar. Pero cuando hablamos del sistema político-partidario –donde también juegan empresas, medios y la justicia–, resulta difícil pensar cómo se bancarían a Lula siendo candidato”, considera Schapiro.
Grieta social
Con la confirmación de la condena, las calles de las grandes ciudades de Brasil estuvieron divididas: imágenes de desasosiego y tristeza se confundieron con festejos y descorches de champagne.
En este sentido, el analista internacional analiza: “cuando uno observa dónde se encuentra con que el mayor apoyo a Lula está en los sectores mas empobrecidos de la sociedad o en esa clase media que quedó al borde de volver a una situación de pobreza”.
“No hay que olvidar que Barsil estuvo décadas en el mapa del hambre, con índices africanos en su región noreste, justamente una de las zonas donde mas se desarrolló la economía durante los gobiernos del PT”.
La proscripción el mito posible
“Probablemente se termine por generar un mito si los pobres ven que empeora su situación social, y encima ven que uno de los suyos es perseguido mientras la elite sigue con el negocio habitual. Puede que, ante una situación así, la figura de Lula se agigante”, analiza Schapiro.
Entrevista completa: