Redacción Canal Abierto | El debate sobra la magnitud de la devaluación que se produciría al salir del tipo de cambiario controlado acompañó la asunción de Cambiemos.
Durante los últimos años de gestión de Cristina Fernández de Kirchner, los economistas dieron cuenta de un “sensible retraso” en la cotización del dólar respecto de la inflación. Hoy, con un tipo de cambio pretendidamente liberado a los vaivenes del marcado y una devaluación in crescendo de la mano de una corrida cambiaria que no cesa pese a las intervenciones del Banco Central, las cuentas arrojan pronósticos nada alentadores: de acuerdo a la inflación, el dólar debería valer $26,42.
La estimación surge de un informe del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) que analiza la evolución de ambas variables desde octubre de 2011, mes en que comienza a instalarse el control de cambios.
“Con la eliminación del cepo en los primeros días del actual gobierno, el dólar pasó de cotizar $9,65 a principios de diciembre de 2015, a $13,50 por unidad sobre finales de ese año, marcando una depreciación del peso de 40% en un mes, que supuestamente era para cubrir el retraso acumulado en los últimos cuatro años”, sostiene el estudio.
Y rápidamente agrega: “Sin embargo, esta devaluación que sólo cubriría los atrasos anteriores, impulsó nuevamente los precios internos hacia arriba, produciendo hasta el final de 2016 un aumento del 43,29% en las Canastas Básicas que consumen las familias. Mientras que en el mismo período el dólar se incrementaba a la mitad: un 21,33% ($16,30 al 31/12/2106). El nuevo gobierno, al igual que el kirchnerismo, empezaba a utilizar desde sus inicios el retraso cambiario como herramienta para intentar contener la inflación (sin mucho éxito)”.
Para el instituto, si aplicáramos al dólar el mismo porcentaje de aumento de inflación que tuvo la Canasta Básica Total desde que asumió este gobierno, “debería cotizarse en los días que corren a $26,42 por unidad”.
La cuenta no contempla los últimos datos inflacionarios del Indec, que muestran una suba de precios para abril del 2,7%, lo que da un acumulado de 9,6% para el primer cuatrimestre del año, y un 25,5% respecto del mismo mes de 2017. Anualizada, se trata de una inflación casi tres veces mayor que la primera meta oficial para 2018 (10%), y casi el doble que la segunda (15%). Con estos números, es difícil imaginar que el valor de la divisa tienda a aquietarse.