Mariano Pagnucco (@ezepagnuco) / Revista Cítrica | En la audiencia en Casación Penal para pedir la libertad del lonko Facundo Jones Huala, la abogada Sonia Ivanoff denunció la violación a los derechos de los pueblos originarios, los incumplimientos del Estado nacional en materia de tratados internacionales y la persecución de siglos al pueblo mapuche que ha recrudecido en los últimos años.
Los tiempos de la Justicia no están muy sincronizados con las necesidades sociales. Y cuando se trata de un referente indígena que pelea por los legítimos derechos de su comunidad, la brecha temporal es todavía mayor. El lonko mapuche Facundo Jones Huala está privado de su libertad desde el 27 de junio de 2017, más de un año de prisión preventiva con irregularidades judiciales muy graves. Después de varios meses de espera, este martes fue la audiencia en la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal para pedir la libertad de Jones Huala; una audiencia solicitada en febrero de este año y que estaba programada para las 10:30 de la mañana. Pero a tono con los tiempos de la Justicia, los magistrados Alejandro Slokar, Eduardo Riggi y Ana María Figueroa recién aparecieron minutos antes de las 12, después de que las personas que llenaron la pequeña sala comenzaron a aplaudir para repudiar la excesiva demora.
En la audiencia estuvieron presentes representantes mapuches, guaraníes y hasta de una comunidad maya de Guatemala, además de integrantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Pañuelos en Rebeldía, Familiares y Amigos de Luciano Arruga, el Frente de Artistas del Borda y cronistas y fotógrafos de medios populares, entre otros. La única que habló fue Sonia Ivanoff, la abogada del lonko, y su exposición ante los jueces y el público fue una clase de Historia, de Derecho y también de sentido común.
En su disertación, que duró unos 25 minutos, Ivanoff comenzó diciendo: «Señores jueces: indudablemente, uno de los grandes inconvenientes es el tiempo procesal, pero también el tiempo de los pueblos indígenas, que llevan una larga espera de una reparación histórica; en el caso del pueblo mapuche-tehuelche, una reparación de hace 130 años. El Estado lo único que está haciendo es iniciando un plan sistemático de negación, de invisibilización de los derechos humanos que tienen, cuando el Estado argentino, un 3 de julio, hace 17 años, ha ratificado el Convenio 169 de la OIT; con lo cual entendemos que Casación es totalmente pertinente para entender este recurso, tratar la excarcelación de mi asistido, Francisco Facundo Jones Huala, que lleva 12 meses detenido en el marco de un juicio de extradición; segundo juicio de extradición que se lleva a cabo por otro juez federal distinto del primero».
El delito de ser indígena
La abogada fue detallando pormenorizadamente las inconsistencias judiciales que hacen que el lonko esté hoy detenido en la Unidad Penitenciaria N° 14 de Esquel, Chubut. Primero se refirió a la nulidad del primer juicio al que fue sometido Jones Huala, «porque estuvo sustentado en un informe policial obtenido a través de torturas a un comunero mapuche en una comisaría de la Policía de Chubut».
Ese fallo de primera instancia, dictado por el juez Guido Otranto, fue confirmado luego por la Corte Suprema de Justicia. Así y todo, siete meses después de haber sido puesto en libertad, el líder mapuche volvió a ser detenido a instancias del juez Gustavo Villanueva, quien llevó adelante el segundo juicio. En este nuevo proceso judicial hubo sentencia en marzo pasado: se ordenó la extradición a Chile para que Jones Huala sea juzgado por su supuesta participación en unos incendios que se les atribuyen a los mapuche del otro lado de la Cordillera. La extradición todavía no se concretó porque hay una acción judicial presentada ante la Corte Suprema que deja en suspenso el fallo de Villanueva.
Ivanoff remarcó en su presentación la arbitrariedad de la prisión preventiva, ya que el lonko ni siquiera tiene condena por algún delito en Argentina o en Chile. Y expresó: «El juicio de extradición es paradigmático, porque es el primer juicio de extradición a un indígena luego de la reforma constitucional de 1994, en donde este Estado reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas. Resolver en contrario es violar esas garantías y violar, fundamentalmente, el derecho que se les reconoce a los pueblos indígenas con la ratificación del Convenio 169 de la OIT». El citado Convenio «sobre pueblos indígenas y tribales» de la Organización Internacional del Trabajo entró en vigencia internacional en 1991.
Sobre el rol del Estado en los casos que atañen a las comunidades originarias, dijo que hay un «incumplimiento sistemático por parte del Poder Ejecutivo a la demarcación, al desarrollo territorial, a la consulta previa bien informada, al derecho de participación y el rol como actores políticos de debate, de discusión de los proyectos que le atañen, como son las comunidades indígenas». «Ser indígena no es un delito», agregó.
Peor trato que a los nazis
La abogada también fue crítica con el papel de la Fiscalía, ya que sus argumentos «se basan en presunciones pero no en certezas». En esa línea, explicó las razones de fondo del encarcelamiento del lonko: «En estas presunciones, hoy tenemos que Jones Huala es un líder legitimado políticamente por el propio Estado desde el Poder Ejecutivo. ¿Por qué? Por su pertenencia, por ser lonko, por pertenecer a una comunidad indígena, por ejercer su derecho territorial. El Estado no está a la altura, lo que ha buscado es la criminalización y la invisibilización del conflicto mapuche y para eso tienen este plan: que el líder político tiene que estar preso. Con todas estas irregularidades, se les pide Estado de Derecho a los indígenas y no hay Estado de Derecho desde el otro lado».
En este largo año que lleva Jones Huala en la cárcel (sumado a las detenciones previas que sufrió), la persecución al pueblo mapuche tuvo episodios tristemente célebres como la desaparición y muerte de Santiago Maldonado (por reclamar la libertad al lonko en la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, Chubut), el asesinato de Rafael Nahuel en Bariloche y otros casos de represión estatal sobre distintas comunidades. Durante la audiencia se vieron carteles con las caras de Santiago y Rafael, además de la bandera que identifica a la comunidad mapuche.
Entre los fundamentos citados, Ivanoff señaló la vulneración de derechos de su defendido: «La presunción de inocencia es la regla, no la excepción. Ser mapuche no es ser delincuente precisamente. Lo que aquí se viola sistemáticamente es el principio de coexistencia intercultural, no se entiende cuál es el paradigma de la diversidad cultural que se impuso como supremacía constitucional en 1994″.
También citó antecedentes de juicios de extradición en los que las personas implicadas pudieron gozar de su libertad, como un jerarca nazi radicado en Bariloche que pudo «vender caramelos» en las calles hasta que se fue del país para que lo juzgaran por sus delitos. Ivanoff hizo referencia a la peligrosidad de Jones Huala: «Creo que la peligrosidad en este caso es por ser mapuche, por ser el líder de un movimiento indígena, por ser tan joven, pero por otro lado por ser una autoridad política-filosófica de su pueblo».
En el cierre de su intervención, la abogada recurrió al Preámbulo de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas: «Todas las doctrinas, políticas y prácticas basadas en la superioridad de determinados pueblos o individuos o que la propugnan aduciendo razones de origen nacional o diferencias raciales, religiosas, étnicas o culturales son racistas, científicamente falsas, jurídicamente inválidas, moralmente condenables y socialmente injustas».
Parte de su requerimiento a los jueces fue que se evalúe el pedido de excarcelar al lonko durante la feria judicial, que comienza el 16 de julio, para evitar demoras en el proceso. Se estima que el dictamen puede demorar al menos 20 días.
Ritual de tiempo
Entre las personas presentes en la audiencia estaba Soraya Maicoño, vocera de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen donde Jones Huala es referente. Soraya participó días atrás de la celebración del Wiñoy Tripantu (el Año Nuevo mapuche) en la cárcel de Esquel junto al lonko. La ceremonia se pudo realizar después de una huelga de hambre del líder porque las autoridades penitenciarias habían amenazado con impedirla.
Además de Soraya e Isabel Huala, la mamá de Facundo, participaron del ritual algunas personas ancianas de la comunidad. La celebración se llevó a cabo en un patio interno del penal ante la mirada curiosa de otros presos. La invocación a las fuerzas ancestrales estuvo centrada esta vez en darle «newen» (fuerza) al lonko para que no abandone la lucha, como es tradición entre los mapuche.
Fue una celebración con ritmos y tiempos propios. Bastante distintos a los tiempos de la Justicia.
Foto de portada: Emmanuel Fernández