Redacción Canal Abierto | En la Biblioteca Nacional y en la Cooperativa Bellaflor ubicada dentro del basural del CEAMSE, en José León Suárez (provincia de Buenos Aires), se podrán presenciar en simultáneo espectáculos musicales, paneles de debate y crítica literaria, análisis periodístico, mesas de homenajes, radio abierta, obras teatrales y muestras fotográficas que recuerdan a Rodolfo Walsh y su investigación más trascendente: Operación Masacre.
Un fusilado que vive
En mayo de 1957, el escritor logró que el semanario “Mayoría” publicara en 9 números la novela completa que antes había sido adelantada en entrevistas y notas breves en el diario Propósitos y en la revista Revolución Nacional. Ese mismo año, la editorial Sigla publicó la obra en formato libro.
La investigación periodística escrita en forma de novela que inauguró el género de “no ficción” narra los fusilamientos clandestinos de 12 militantes peronistas en un basural de José León Suárez, realizados por la policía de la autoproclamada Revolución Libertadora. Cinco de esos prisioneros que conspiraban contra la dictadura de Pedro Aramburu habían sido asesinados por las balas de la bonaerense, mientras que los otros siete sobrevivieron para que el mundo conociera la verdad, a partir del relato de Walsh.
El propio escritor, en una breve autobiografía de 1965, reconocería que “Operación Masacre cambió mi vida. Haciéndola, comprendí que, además de mis perplejidades íntimas, existía un amenazante mundo exterior. En 1964 decidí que de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía. Pero no veo en eso una determinación mística. En realidad, he sido traído y llevado por los tiempos; podría haber sido cualquier cosa, aun ahora hay momentos en que me siento disponible para cualquier aventura, para empezar de nuevo, como tantas veces. En la hipótesis de seguir escribiendo, lo que más necesito es una cuota generosa de tiempo. Soy lento, he tardado quince años en pasar del mero nacionalismo a la izquierda; lustros en aprender a armar un cuento, a sentir la respiración de un texto; sé que me falta mucho para poder decir instantáneamente lo que quiero, en su forma óptima; pienso que la literatura es, entre otras cosas, un avance laborioso a través de la propia estupidez”.
El presente
Son muchas las maneras de reinterpretar el episodio de los fusilamientos de 1956 para relacionarlos con las violencias que desde siempre atraviesan el territorio de José León Suárez, con casos de crimen institucional, gatillo fácil, violencia de género, guerras entre narcos y tranzas, y todo tipo de entretenimientos habituales en una zona signada por el abandono y la marginalidad.
Algunas conexiones entre aquel pasado y el presente resultan más sencillas de reconocer, como la Masacre de la Cárcova en 2011, cuando un grupo de policías abrió fuego contra vecinos que recogían alimentos de un tren descarrilado y asesinó a Franco y Mauricio, dos jóvenes que vivían de juntar basura en la quema. Uniformados fusilando ciudadanos de sectores populares: los protagonistas de dos escenas que se comunican. La misma mirada se puede intentar sobre la muerte de Diego Duarte, otro pibe de 15 años que vivía de la basura de la montaña del CEAMSE, y que fue enterrado vivo en 2004 por un camión de residuos que le arrojó su carga encima, por orden de un policía que “cuidaba” la basura del organismo estatal. Lo mismo que intentó la Revolución Fusiladora, su cuerpo quedó sepultado entre los desperdicios y nunca apareció.
Hay relaciones indirectas que pueden buscarse en los episodios de abusos de las fuerzas de seguridad, que en incontables ocasiones llegan al extremo del gatillo fácil o asesinatos disfrazados de enfrentamiento, en un presente social y político que vuelve a echar mano a la represión para garantizar un proyecto de exclusión social.
Si bien en los barrios que costean el Río Reconquista la violencia y la pobreza no son invento de Cambiemos, el contexto que renueva un gobierno de derecha utilizando fuerzas de seguridad para contener la conflictividad social y eliminar las protestas, facilita suponer una relación entre el accionar de la dictadura que derrocó a Perón y este 2016, con los basurales como escenario. Las palabras clave son las mismas de siempre: hambre, desocupación, marginación, discriminación, ajuste, control, represión.
Las Actividades
Durante esta semana, especialistas, militantes, investigadores, trabajadores y vecinos del área Reconquista en José León Suarez homenajearán al escritor desaparecido en la ESMA hace 40 años, analizar y debatir sobre su obra más relevante y trazar lazos comunicantes entre aquel hecho represivo de eliminación de opositores al sistema dominante y las realidades que hoy transitan los habitantes de la zona en la que se realizaron los fusilamientos.
El ciclo es organizado por la Universidad Nacional de San Martín y la Cooperativa Bella Flor, una organización social de recicladores de residuos que funciona adentro del predio del CEAMSE, en camino del Buen Ayre y Debenedetti.
Justamente la de Bella Flor será una de las sedes de las jornadas, junto a la Biblioteca Nacional (Agüero 2502, CABA); el Museo del Libro y de la Lengua (Av. Las Heras 2555); y el Centro Universitario San Martín (CUSAM), que funciona adentro del Penal Nº48 de José León Suárez.
Animarán las distintas actividades, entre muchos otros, los escritores Jorge Lafforgue, Enrique Arrosagaray y Carlos Gamerro; los directores de Ediciones de La Flor, Kuki Miller y Daniel Divinsky, que publicaron producciones de Walsh a fines de los `60 y `70; Eduardo Jozami, director del Centro Cultural Haroldo Conti, biógrafo y compañero de militancia de Rodolfo Walsh; la investigadora Natalia Vinelli, que escribió un libro sobre la Agencia de Noticias Clandestinas ANCLA; el Colectivo La Garganta Poderosa; la ex diputada Patricia Walsh (hija de escritor); el bibliotecario e historiador del peronismo Roberto Baschetti; la reconocida actriz Cristina Banegas; el compositor Diego Frenkel (ex cantante de la Portuaria); el intendente de San Martín Gabriel Katopodis; el sociólogo Alexandre Roig; la referente social Lorena Pastoriza (Cooperativa Bella Flor); y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
Las actividades que se realizan en la Biblioteca Nacional se dan, además, en el marco de la muestra “Los oficios de la palabra”, que reúne originales y documentos nunca antes exhibidos de Rodolfo Walsh, que puede visitarse hasta julio, de lunes a viernes, de 9 a 21; sábados y domingos, de 12 a 19.
El programa completo en las imágenes que acompañan esta nota.