Redacción Canal Abierto | La empresa Fate, principal productora de neumáticos del país, presentó ante la Secretaría de Trabajo un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) que entre otros ítems evalúa la posibilidad de despedir a más de 400 operarios, una cuarta parte del personal de convenio de su planta de San Fernando. El próximo 21 de febrero se realizará en la cartera laboral una audiencia para promover un acuerdo entre la patronal y los trabajadores organizados en el Sutna (Sindicato Único del Neumático).
La empresa, presidida por Javier Madanes Quintanilla, es parte del Grupo Madanes, propietario del monopolio productor de aluminio Aluar, y de la Hidroeléctrica Futaleufú. Según la revista Forbes, la compañía tiene una facturación anual de más de US$ 300 millones, y en conjunto, el holding emplea a 4.600 trabajadores y realiza ventas superiores a los US$ 1.200 millones por ejercicio.
“La empresa desde el año 2010 viene intentando concretar el sistema de trabajo continuo, de relevo en máquina, pero no tuvo la relación de fuerzas necesaria para hacerlo. Además, intenta desde hace años flexibilizar las condiciones de trabajo, llevar adelante un aumento en los ritmos de producción para tener más productividad por hora de trabajo”, sostuvo en diálogo con Canal Abierto, Claudio Mora, delegado por la lista Gris del Sutna en FATE, trabajador del área de Ingeniería, desestimando la supuesta crisis empresarial.
La planta trabaja continuamente los siete días de la semana en cuatro turnos rotativos. “Por seguridad, cada vez que termina el turno, cuando ingresa un trabajador tiene que verificar la máquina y hacer todas las pruebas de paradas de emergencia. Son máquinas muy grandes, trabajan de conjunto con 20 o 30 operarios. Hay máquinas que tienen 2 y 3 pisos de altura. Como no te ves con el operador, tenemos paradas de emergencia como medida de seguridad para detener la máquina. Estas medidas están avaladas por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y fueron puestas a raíz de los graves accidentes que ocurrieron en años anteriores. En la planta hubo cuatro compañeros muertos en accidentes en la línea de producción”, explica Mora. “Entonces, cada operario que va a tomar intervención se asegura que la parada funcione. Detienen la máquina, hacen las pruebas de emergencia y cuando recomienza la máquina hay que volver a ponerla en ritmo. Hay parte del material que se descarta y hay tiempo que se insume en estas paradas», describe el trabajador que se encarga de tareas de mantenimiento por lo cual recorre y conoce el funcionamiento de toda la planta.
La intención de la empresa es aumentar el ritmo de producción “y no hacer estas paradas de emergencia, lo que significaría reducir la seguridad. En lugar de invertir en ingeniería y mejorar las máquinas para que se haga más eficientemente el control de seguridad, quieren eliminar las pruebas y que la máquina no pare”, denuncia el delegado gremial.
Flexibles como el caucho
Los trabajadores fueron notificados a través de un “aviso al personal» y se les informó que el PPC se debe a «pérdidas millonarias» durante los últimos años y a «causas externas e internas» por las que se requiere la «adecuación de turnos».
“Pretenden cambiar el sistema de rotación de turnos”, explica Mora. “Hoy nosotros trabajamos dos semanas de siete días continuados y dos de descanso y una semana de siete días y tres de descanso. Así nos quedan siete días sin trabajar. Ese sistema es muy malo y lo quieren cambiar por uno peor, de 6 x 1, trabajar de lunes a sábado y que los trabajadores descansen sólo los domingos, y en ese día se harían los mantenimientos, así la fábrica no pararía de funcionar durante el resto de la semana. Nos quedarían sólo cuatro días de descanso lo que implica tres días más por mes de trabajo, que anualizado son alrededor de 30 días más de trabajo por año por trabajador. Eso se traduce en un excedente de personal, te sobran horas. Pero lo cierto es que nunca sobran horas, hoy en la planta hay 400 trabajadores eventuales que son tercerizados, por fuera de los 1650 de convenio”.
Sumando argumentos el delegado sostiene: “Más allá de eso, la empresa desde la devaluación de 2015 mantuvo el valor dolarizado de las cubiertas que produce y nuestros salarios atados al peso se han devaluado, se depreciaron casi un 50%, pero Fate mantuvo sus ganancias en dólares. Con la producción de una de las cuatro miniplantas que tiene, en 12 horas paga los sueldos de todos los trabajadores. Eso es lo que incide la mano de obra en su margen de ganancia, le quedan 29 días y 12 horas a favor”.
Jugando al truco
La presentación del PPC le impide, en principio, tomar medidas de fuerza al gremio. Se trata de una habitual maniobra empresarial para sembrar en los trabajadores las dudas y el temor a la pérdida de puestos de trabajo, minando el terreno en un contexto en el que se tiene que rediscutir la paritaria frente al desacople entre salarios e inflación.
“Vienen tratando de ablandar a los trabajadores para que no pidamos aumento de sueldo. Ellos presentan al Ministerio de Producción los balances 2015 y 2016, pero aún deben presentar los de 2017 y 2018. Si siguen con esta discusión probablemente los números no les den para que avance el PPC. Pero estiran la situación porque a nosotros nos dejan como en una especie de conciliación obligatoria, nosotros no podemos innovar con ninguna medida de fuerza, reclamos, acciones. La van a ir pateando para que lleguemos a marzo sin discutir salarios. El gremio tendría que haber pedido la reapertura de la paritaria en diciembre, porque no alcanza a compensar y tampoco tiene comparación con lo que subieron las ganancias de la empresa”, concluye Mora.