Redacción Canal Abierto | La candidatura oficialista de Miguel Ángel Pichetto para la vicepresidencia no sólo repercutió en leves bajas del dólar y el riesgo país. Tras el anuncio, los principales holdings financieros dieron un visto bueno que se reflejó en jornadas de euforia para los mercados. Sólo por nombrar unas cuantas, celebraron su postulación Techint, Metrogas, Edenor, Telecom, Pampa Energía, YPF, Banco Galicia, Central Puerto, Grupo Clarín, Aluar, Loma Negra y algunas de las principales entidades bancarias que operan en el país.
Casualmente, un puñado de estas grandes empresas (HSBC, Techint, Pampa Energia, Pan American Energy y Air Europa) son las organizadoras y auspiciantes de la tercera edición del ciclo “Democracia & Desarrollo”, que por estos días se desarrolla en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). Bajo el título «Argentina en un año clave: desafíos internos y externos», el coloquio contó con la presencia destacada del ex presidente de chileno Ricardo Lagos, Sergio Massa -quien confirmó que encabezará la lista de diputados bonaerenses por el Frente de Todos-, Juan Manuel Urtubey y Miguel Angel Pichetto.
Allí, el flamante compañero de fórmula de Mauricio Macri aprovechó, no sólo para lanzar críticas a la fórmula peronista Fernández-Fernández, sino también marcar las que considera prioridades de cara a un posible segundo gobierno macrista.
“Los mercados reaccionaron positivamente, el mundo económico, el empresario, el que invierte en Argentina, mejoraron porque mejoraron las posibilidades de que Macri fuera reelecto. No por el efecto Pichetto», explicó el senador, y aclaró que las expectativas tuvieron que ver con la reelección de una “opción de modelo capitalista, donde se discutan cosas razonables y no con la lógica de los 70´. A diferencia nuestra, hay muchas expresiones dentro de la estructura de Fernández con alto contenido de emocionalidad, y que plantean cuestiones peligrosas como el no pago de la deuda. Un nuevo default no sería tolerable para el mundo, y el castigo para Argentina sería enorme, de fuerte aislamiento”. Acto seguido, el “Frank Underwood argentino” -como muchos lo caracterizan en redes sociales, en alusión a la serie House of Cards- enumeró algunos de los “riesgos” en caso de una futura gestión opositora: “Cepo, cierre de la economía, no acuerdo con los hold outs, control de importaciones y aumento del gasto social”.
Luego, ante la pregunta sobre cuáles fueron los puntos débiles del oficialismo que ahora integra, el precandidato a vicepresidente aseguró: “El Presidente heredó una situación financiera dramática y compleja, y el error fue no haber hecho un balance correcto ni las reformas profundas necesarias”.
Si acaso algún distraído no reconoce a qué “reformas” hacía referencia Pichetto, recientemente trascendió un informe que no sólo confirma el rol del peronista como representantes “diplomático” de los intereses financieros. Días atrás, nada más y nada menos que el periodista Marcelo Bonelli soltó en televisión: “informes de Wall Street dicen que Pichetto es garantía de futuras reformas estructurales». El analista político estrella del canal Todo Noticias no dudó en aclarar que dichas “reformas” eran en concreto la previsional y la laboral, dos iniciativas centrales del programa político-económico cambiemita que se vieron truncadas por la movilización popular. «Esto que sabían JP Morgan, CITI BANK, Unión de Bancos Suizos, ahora también lo sabes vos», agregó el conductor.
La reforma previsional en Argentina es uno de los compromisos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). De hecho, un reciente documento de ese organismo (“El futuro del ahorro: el rol del diseño de los sistemas de pensiones en un mundo que envejece”) plantea que “para lidiar con los costos del envejecimiento, muchos países implementaron significativas reformas de los sistemas previsionales en los últimos años. Las reformas apuntaron en gran parte a contener el crecimiento del número de jubilados, modificando los parámetros claves del sistema; por ejemplo, incrementando la edad de jubilación, endureciendo las reglas para acceder a los beneficios o reduciendo el tamaño de las jubilaciones a través del ajuste en las fórmulas de cálculo de los beneficios”.
Sin ir más lejos, el 30 de noviembre de 2017, Pichetto fue uno de los representantes que votó a favor del cambio en la fórmula con la que se calculan las jubilaciones a través de la reforma previsional que presentó el Gobierno. «Nos toca la ingrata tarea de votar esta ley porque acompañamos a los gobernadores”, aseguró durante aquella escandalosa sesión. Luego se supo que fue él quien había mediado entre los mandatarios provinciales y la Casa Rosada. Desde entonces, jubilados y demás beneficiarios de prestaciones sociales sufrieron una reducción del 20% en sus haberes.
Por otro lado, días atrás Pichetto ya había dejado en claro su postura respecto a la necesidad de una reforma laboral: “Es imprescindible”. Hoy en el MALBA, en relación a cuáles deberían ser los consensos de cara a la generación de puestos de trabajo, el precandidato oficialista ejemplificó: “Hay modelos expansivos dignos de ver, como en Vaca Muerta, donde el sindicato aceptó reformas positivas”. A comienzos de 2017, Guillermo Pereyra, Secretario General de Petróleo y Gas Privado, había acordado con el Gobierno la modificación del convenio colectivo para el yacimiento neuquino, quitando beneficios y flexibilizando a los trabajadores.
En los pasillos del Congreso, nadie duda que Pichetto sea un hombre de aceitadas relaciones con los grandes grupos económicos y la embajada estadounidense. “Tuve la oportunidad de estar en Nueva York en ese momento”, reconoció apenas candidateado al recordar las volátiles jornadas cambiarias de 2018.
Apenas se conoció la noticia de su pase a las filas oficialistas, en todas las redacciones y medios de comunicación sobrevoló la pregunta sobre el sentido de la candidatura o la cantidad de votos que podría aportar el ex menemista, ex duhaldista y ex kirchnerista.
“Me gusta una felicidad razonable, el híper optimismo y la extrema felicidad no son cosa mía”, lanzó esta mañana luego de que una periodista intentara robarle una sonrisa. Queda claro que el carisma no es ni será el fuerte de Miguel Ángel Pichetto. La cercanía al poder económico y su habilidad para las tramas palaciegas parecen compensar cientos de miles de votos.