Canal Abierto Radio | El Dr. Diego Golombek, biólogo, investigador del CONICET y divulgador científico, explicó en el aire de Radio Cooperativa qué factores influyen a la hora del descanso. “La gente está durmiendo raro, mal o tarde”, sentenció.
“Uno podría pensar que, estando mal dormidos, dormir un poco de más no nos viene tan mal. Pero si se están despertando muy tarde y durmiendo tarde, este aumento en las horas de sueño es en desmedro de un horario adecuado. Somos bichos diurnos y necesitamos la luz de día para que nuestro reloj biológico se ponga en hora. Cuando eso no ocurre, nos vamos desincronizando y el sueño deja de ser reparador”.
Para adultos se recomienda siete horas de sueño como mínimo y “antes de la cuarentena estábamos bastante lejos”, explicó Golombek, quien hace décadas estudia los ritmos biológicos y las partes del cerebro que miden el tiempo, “que llamamos justamente reloj biológico”. Por otro lado, la ansiedad o el estrés, que pueden verse agravados por la pandemia y la incertidumbre, no ayudan a un buen descanso.
En cuanto a los sueños “raros”, la explicación puede relacionarse al cambio de horarios: “uno sueña cuatro o cinco veces por noche, y el último período es el más largo de todos y el que suele ocurrir justo antes de que nos despertemos. Y si esa etapa es más larga porque estamos durmiendo más, y nos despertamos más naturalmente es muy posible que estemos recordando el último sueño”. Pero no tiene que ver con el cambio en los contenidos de los sueños.
Para el insomnio, antes de cualquier medicación, se recomienda una “higiene del sueño” instalando horarios de cena y de dormir, pensar cuándo y cómo dormir, comer liviano, hacer ejercicio durante el día y darse una ducha a la noche. “Y si eso no funciona, antes de una medicación, se necesita un médico del sueño”, porque los fármacos “tienen que estar controlados”.