Redacción Canal Abierto | Al día de hoy parece una obviedad remarcar que las tareas domésticas y de cuidado recaen mayoritariamente en las mujeres. Sin embargo, la falta de reconocimiento de éstas como un trabajo más refuerzan los cimientos donde se apoya la desigualdad económica y permite la existencia de las brechas salariales, la flexibilización y hasta la exclusión en el mercado laboral.
Esta problemática se profundizó, y al mismo tiempo se puso en mayor evidencia, con la pandemia del COVID-19. Las mujeres cis y trans atraviesan una sobrecarga de tareas reproductivas, sumadas a las horas de trabajo remunerado que cumplen.
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En este sentido, la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidado que coordina el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación e integran un total de 12 organismos del Estado nacional, presentó su primer documento “Hablemos de Cuidados” en el que establece sus objetivos, principales líneas de acción y un relevamiento de las políticas ya existentes en los distintos ámbitos del Poder Ejecutivo.
Según explican desde el Ministerio comandado por Elizabeth Gómez Alcorta, el documento identifica la inequitativa distribución y organización social del cuidado como una de las principales causas de las brechas de género, entre ellas la salarial y la feminización de la pobreza. También reconoce en la economía del cuidado el sector más activo durante una pandemia que desaceleró las economías a nivel mundial.
Para ello, la mesa interministerial se propone:
- Implementar políticas integrales que aporten a reconocer al cuidado como una necesidad, un trabajo y un derecho
- Redistribuir el cuidado entre varones, mujeres y otras identidades, y entre los hogares, el Estado, las empresas y las comunidades
- Remunerar adecuadamente a quienes se dedican a cuidar en las distintas esferas sociales
- Representar a los sectores del cuidado en las distintas instancias públicas para que tengan voz
- Reducir la carga temporal de cuidado de cada familia a través de la socialización del mismo
- Garantizar el cuidado a todas las personas mayores o personas con discapacidad que requieran apoyo en la autonomía
- Garantizar por parte del Estado políticas de cuidados en la vejez que sean universales centradas en el paradigma de los Derechos Humanos, y garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes a ser destinatarios de cuidados respetuosos de sus derechos y exentos de violencia, tanto en ámbitos institucionales como en el contexto de sus comunidades y familias.
Un reparto desigual
Todo lo dicho anteriormente fue evidenciado en una encuesta realizada por el Observatorio Mujeres, Disidencias y Derechos de Mumalá. Allí, 3.995 mujeres cis y trans de 23 provincias y mayores de 18 años contestaron que:
Hogares
- El 50 % de las encuestadas tiene niños, niñas o adolescentes a cargo
- El 14% de las encuestadas tiene personas mayores a cargo
- El 7% de las encuestadas tiene personas con discapacidad a cargo
Trabajo remunerado
- Sólo el 43% ejerce o desarrolla trabajo remunerado durante la cuarentena, cumpliendo en promedio una jornada laboral diaria remunerada de 4 horas 49 minutos
- El 35% lo hace de forma autogestiva o independiente
- el 75% de las encuestadas refiere que disminuyó el ingreso de dinero en su hogar durante la cuarentena
Trabajo no remunerado
- En promedio las mujeres con hijas/os/es y con pareja e hijos/as destinan 10 horas diarias a las tareas domésticas. Las mujeres que viven solas, exactamente la mitad
- Si tienen a su cuidado a personas mayores, se le suman 82 minutos (1 hora 22 minutos) y en el caso de personas con discapacidad se le suman a esa jornada 125 minutos diarios en promedio (2.05 horas)
- Esas tareas de cuidado son compartidas con otro adulto en el hogar en menos del 40% de los casos
El 58% de las mujeres que viven solas con hijos/as refirió no destinar horas para navegar en internet o redes sociales. Asimismo, la mitad de ellas no dedica tiempo al estudio o capacitación.
El 52% de las mujeres que viven en familia con pareja y/o hijos/as, no destina ninguna hora a la realización de deportes. El 40% de ellas tampoco dedican minutos al estudio o formación.
Triple jornada laboral: 1 de cada 10 participa en actividades comunitarias en el periodo de aislamiento social, y son aquellas con pareja e hijos/as las que le dedican mayor cantidad de tiempo a las mismas.
Estos datos no muestran diferencias sustanciales en el tiempo destinado a las tareas domésticas entre las mujeres que viven solas con hijos/as y aquellas que viven con pareja e hijos/as.
Al respecto, Silvia Ferreyra, coordinadora nacional de Mumalá destacó: “Necesitamos la puesta en marcha de medidas integrales hacia el reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidado. Tenemos derecho a ser cuidados y cuidadas, y que esas actividades sean reconocidas, que sean repartidas en una forma más democrática y equitativa en los hogares y no recaigan sobre nosotras perpetuando las desigualdades”.