Por La Tinta | “En las sierras de Córdoba, casi la totalidad de los focos de incendios son generados para responder a intereses económicos en desmedro del ambiente, menospreciando sistemáticamente el patrimonio natural y la vida de las personas”, denuncian duramente en un comunicado público las Asambleas del Valle de Punilla.
Es que, en una provincia donde día a día se pierde bosque nativo y vegetación por los incendios, los ánimos están cada vez más caldeados ante la ineficacia del gobierno provincial para hacer frente a un problema que es recurrente todos los años y que muchas veces se soluciona por la voluntad y el trabajo desinteresado de ciudadanos y comunidades enteras.
Por ello, cayeron muy mal las declaraciones del propio director de Defensa Civil de la Provincia, Diego Concha, quien advirtió a la población para que no interfiera más en las tareas de extinción del fuego o solicitará la intervención de la fuerza pública.
“Le pedimos a la comunidad toda que se retire de la zona donde tenemos actividad, donde hay mucho fuego. Solo debe trabajar el personal de bomberos, correctamente uniformado y protegido para hacer la tarea (…) De continuar habiendo personas, trabajando y entorpeciendo las tareas de extinción de los incendios, se va a utilizar la fuerza pública para ser retirados del lugar”, instó el funcionario.
Desde las Asambleas del Valle de Punilla, repudian las expresiones de Concha, “que menosprecian y criminalizan las acciones de defensa del bosque nativo llevadas adelante por brigadas de vecinos y vecinas organizadas en contra del fuego”. Y acusan que, en lugar de capacitar a vecines interesades en resguardar el territorio que habitan y ofrecer insumos para contener los incendios, la respuesta del Gobierno Provincial es la amenaza de “la fuerza policial para reprimir al pueblo que protege su lugar”.
Cientos de personas en redes sociales apuntan contra Concha, el gobernador Juan Schiaretti y el secretario de Ambiente provincial, Juan Carlos Scotto, por el desastre ambiental que se cobró 70 mil hectáreas de monte nativo, la vida de cientos de animales y la vida de dos seres humanos, sólo en lo que va de 2020.
La semana pasada se conoció el fallecimiento de dos vecinos cordobeses, uno de Villa Carlos Paz y el otro de San Esteban, quienes murieron mientras intentaban sofocar frentes en las zonas donde habitan.
“Hoy el fuego se llevó a un titiritero vecino de las sierras. Cristóbal, los malos gobiernos no son títeres, ni bestias, ni plantas. Los malos gobiernos son asesinos. Las sierras arden. ¿Quién elige? Maldita especulación humana”, escribió el actor Santiago San Pablo ante la muerte de Cristóbal Varela, titiritero, actor y docente de 35 años de la localidad de San Esteban, que falleció el viernes 25 de septiembre mientras colaboraba para apagar los incendios de la zona de El Potrerillo en La Cumbre.
Un día antes, había trascendido la muerte de José Roble, vecino dedicado al rubro gastronómico en la localidad de Villa Carlos Paz. Mientras combatía las llamas en Las Jarillas, sufrió una descompensación por inhalar monóxido de carbono, falleciendo el mismo jueves.
Desde las Asambleas de Punilla, denuncian que el fallecimiento de los vecinos es utilizado “inescrupulosamente por el Gobierno de la Provincia acentuando una falsa culpa en los y las vecinos/as por actuar, como fuente de excusas para seguir protegiendo los intereses de los negocios inmobiliarios y agrarios”.
Responsabilizan al gobernador Juan Schiaretti “por la desidia tanto para la prevención como la contención de los mismos y del fallecimiento de dos cordobeses defendiendo el ambiente y la vida”, y exigen la inmediata renuncia del Director de Defensa Civil por “su ineficacia para detener el ecocidio”.
El Gobierno de la Provincia de Córdoba tiene la responsabilidad de “generar los mecanismos para la protección del ambiente y las personas que lo habitamos”, y sostienen que son “totalmente incapaces de afrontar la magnitud del impacto socio-ambiental generado por los incendios forestales”.
“Veinte años de Cordobesismo son el fósforo que prendió nuestro monte, la organización territorial con el chicote y balde de agua es la esperanza obstinada que defiende la vida”, concluyen.
Publicado originalmente en: La Tinta / Imagen de portada: La tinta.