Redacción Canal Abierto | Pandemia, nuevos récords de contagios y muertes forman parte de una cotidianidad a la que el mundo se ha debido acostumbrar en este último año y medio. En la Ciudad de Buenos Aires, esto se acrecienta con los recortes, ajustes y desfinanciamiento por parte del gobierno hacia los sectores más vulnerables y necesitados de la sociedad.
En este escenario, las organizaciones sociales se cargaron al hombro la tarea de asistir a quienes más lo necesitan y arriesgan su propia salud para sostener las necesidades básicas de las familias trabajadoras desocupadas que se encuentran bajo la línea de pobreza y en situación de indigencia.
Así, la Coordinadora Desde Abajo se declaró en estado de alerta permanente y movilización, y dio inicio a su primera acción concreta con desayunos populares en el Obelisco “para visibilizar la pobreza escondida bajo la alfombra en la ciudad de Buenos Aires”.
Los desayunos serán desde las 8 de la mañana toda esta semana. Desde Abajo analizan la posibilidad de extenderlo hacia Once y Constitución. “Hubo mucha gente a la que se la ve muy mal, muy abandonada. Si alguien quiere acercarse con alguna donación es bienvenida. Hay mucha gente a la que le faltaba abrigo. También hubo mucha gente laburante que arrancaba temprano y se iba con la panza vacía, todo tiene que ver con la pobreza que hay”, comentó Horacio Ávila, de Proyecto 7, organización que integra la Coordinadora.
“Comedores que no reciben la mercadería para preparar la comida; gente en situación de calle con un aumento exponencial de la población que sólo recibe como respuesta la represión por parte de espacios públicos y la Policía de la Ciudad; hoteles e inquilinatos en hacinamiento sin recibir ningún tipo de respuesta en lo sanitario ni los elementos para cumplir con las medidas de higiene y prevención del COVID-19, con una ola de desalojos sin precedentes en plena pandemia, donde la consigna es “quédate en casa” con un subsidio habitacional que no alcanza a cubrir el 50% del valor de una habitación de dos por dos y, que nuevamente por no tener control real sobre los hoteles se toma como formador de precios para que la mafia hotelera aumente los valores”, sostiene la Coordinadora.
Sin ir más lejos, a comienzos de mayo el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires incumplió nuevamente con sus acuerdos. Esta vez fue con las organizaciones sociales y de derechos humanos que asisten a las personas en situación de calle, que no fueron incluidas en la realización del censo oficial que se hace anualmente de esta población, compromiso asumido en agosto de 2020.
“Nos parece un desastre. Creemos que se están tapando muchas cosas, hay muchísimos desalojos. Hoy me llamaron de dos casas hoteles que están por ser desalojadas con 12 o 14 familias”, agregó Ávila.
De esta manera, se sigue desconociendo el estado real de la población en situación de calle, y las políticas públicas que se emplean son insuficientes e ineficaces. “Seguimos en alerta hasta tanto el gobierno de la Ciudad de las respuestas adecuadas y cumpla con los compromisos pactados con las organizaciones para satisfacer las necesidades más básicas de nuestras compañeras y compañeros. La pobreza no puede esperar. Comer es esencial. La calle no es un lugar para vivir”, reza el comunicado de la Coordinadora.
Para finalizar, Ávila informó: “Hay mucha represión en la calle, en espacios públicos por parte de la Policía de la Ciudad. En estos días que a las seis no se podía circular más la policía estuvo reprimiendo muy fuerte a las personas que están en la calle. A la noche se está haciendo más terrible de lo que ya es estar en la calle. Tampoco hay muchos lugares donde ir a comer, bañarse o dormir. El confinamiento y las restricciones las entendemos, pero no están atendiendo las situaciones más vulnerables. Hay gente muy lastimada socialmente. Esa pobreza está escondida, y empezó a aparecer hoy porque nosotros hicimos el desayuno en pleno Obelisco”.