Redacción Canal Abierto | En octubre de 2011, el Consejo Federal de Educación —que nuclea a los ministros de Educación de todo el país— firmó una resolución que establecía el egreso de las escuelas de Educación Especial a los 22 años. Luego de esa edad, los diferentes distritos se comprometían a “impulsar propuestas de formación permanente” a las cuales pudieran acceder los egresados “para incorporar nuevas competencias” que les permitieran “desempeñarse en distintos ámbitos de la vida”. La Resolución 155/11 fue ignorada por el gobierno porteño durante diez años, hasta que un día decidió que una parte le resultaba útil.
“Pospandemia, a partir de septiembre del año pasado, el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires lo que hizo fue aplicar solamente la edad de egreso de esa resolución, pero no planificó nada para el después. Y la gente que venía a estudiar hasta los 35 años, ahora a partir de los 22: chau. Las escuelas se están vaciando”. La descripción de Victoria Fassa, docente de las Escuelas Especiales de Formación Laboral Nº 22 y Nº 36, se ajusta a lo que vivieron sus colegas de las trece escuelas de formación integral que hay en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) cuando fueron notificados repentinamente, y los estudiantes y sus familias que supieron que en diciembre se verían forzados a dejar de formarse más de diez años antes de lo previsto.
Desde entonces, realizaron reclamos, marcharon al Ministerio, acudieron a la Defensoría del Pueblo, a la Legislatura y hasta interpusieron un amparo en la Justicia, pero aún no obtuvieron respuestas.
Exclusión y abandono
Según explica Fassa, la resolución de 2011 en la que se ampara el Ministerio comandado por Soledad Acuña “es muy general, no tiene normativa, son casi consejos a seguir” pero, además, es muy clara sobre el paso de los egresados a lo que se llama la Formación Permanente del Adulto, que en CABA aún no existe.
“Ofrecen unos talleres, de dos veces por semana, de una hora y media, a mitad de mañana o de tarde, sin comedor, sin transporte, donde tampoco hay acreditación de saberes, que es algo que establece la resolución. Así se pierde la posibilidad de la salida laboral, porque los estudiantes no tienen al menos un papel que diga que se formaron en panadería, en pastelería, que les permita ir a buscar trabajo —detalla la educadora—. Van pocos chicos porque las familias trabajadoras no pueden llegar, porque no pueden llevarlos a media mañana y volver a buscarlos a la hora y media. Vienen los que tienen autonomía para viajar solos, el resto está en la casa. Y las casas a veces no cuentan con condiciones para estar ahí, más allá de que no es bueno para nadie estar siempre metido en su casa, porque la escuela representa para los pibes y pibas un espacio de socialización, de pertenencia. Es una exclusión de esta población, un abandono. La condenás a la marginalidad”.
En números, desde que implementaron esta medida los docentes contabilizan unos mil estudiantes que fueron expulsados del sistema educativo y analizan que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta está disfrazando un recorte presupuestario con un discurso inclusivo.
“El Gobierno de la Ciudad dice que hay un nuevo paradigma de la discapacidad, que dice que la gente tiene que estar toda incluida en la escuela común, y que la educación especial no tiene que existir porque son lugares de segregación. Los que trabajamos en especial sabemos que no lo es, y que todo el mundo no entra en el formato de escuela común. Es un argumento para recortar presupuesto y que el queda afuera, quede afuera”, resume Lassa.
Y agrega: “Hay que entender que la población de la educación especial es tan diversa como cualquier otra comunidad. Hay chicos y chicas que van a poder acceder a un trabajo, otros que van a necesitar siempre algún acompañamiento, quienes pueden terminar el secundario en los bachilleratos populares. Nosotros acompañamos ese proceso desde el área de inclusión y todo eso se iría cortando. Es muy grave”.
Como forma de visibilizar la problemática, familias y docentes de Escuelas Especiales de Formación Integral realizarán un festival este domingo 22 de mayo en reclamo de un proyecto de ley que incluya a las personas con discapacidad mayores de 22 años, que el sistema educativo dejó afuera. De 14 a 18 en Parque Patricios (zona del mástil) habrá talleres de huerta, malabares, maquillaje, estampas, rondas de poesía y la actuación de distintos artistas.