Redacción Canal Abierto | Los argumentos empleados por el gobierno de Temer para legitimar la regresiva reforma laboral que votó la derecha en el Parlamento son los mismos que esgrime Cambiemos, el empresariado y los medios afines locales. Sus consecuencias, un espejo posible en la Argentina pos octubre.
Carlos Salas es Profesor del Instituto de Economía e Investigador del Centro de Estudios Sindicales y Económicos del Trabajo de la Universidad de Campinas (San Pablo). Es mexicano y hace nueve años estudia la política en Brasil. Vino a la Argentina, invitado por el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales del CONICET.
En esta entrevista, Salas enumera los argumentos que usó el gobierno de Temer y el empresariado brasileño para allanar el camino a la reforma laboral y previsional votada por el Parlamento. Primero, las demasiadas demandas laborales: la derecha decía que Brasil es el país con más conflictividad en el mundo, algo que Salas refuta. Segundo, la necesidad de modernizar una legislación de 1930, como condición necesaria para liberar la productividad que, tercero, incrementaría los puestos de empleo y el poder adquisitivo.
En Argentina:
Finalmente la reforma laboral de cien leyes se aprobó y con ella, según Salas, sólo se benefició el empresariado.
“Hoy es el día más triste en la historia de los trabajadores brasileños”
Ni siquiera está contemplada la seguridad laboral, las vacaciones ni la negociación colectiva; y la Justicia laboral, generalmente progresista en Brasil, se ha convertido ahora en un bien de lujo: su acceso tiene costo y si un trabajador pierde un litigio, debe encargarse de los honorarios de la representación patronal.
En Argentina
«Llama la atención que la Corte haya tratado y difundido este tema»
La entrevista completa a Carlos Salas: