Por Melissa Zenobi | Este miércoles el Centro Cultural Kirchner inauguró la muestra “Maitena. Las mujeres de mi vida”, la primera exposición retrospectiva de una de las pioneras del humor en nuestro país y en toda la región. «Esto en general se hace cuando una está muerta, así que estoy chocha de la vida de haber sido parte con los equipos de laburo», dice Maitena en la recorrida que realizó con los medios de comunicación.
La muestra, una suerte de homenaje en vida, recorre su trayectoria como ilustradora y humorista: desde sus primeros trabajos en Ámbito Financiero allá por 1979 –donde reconoce que todavía copiaba a Fontanarrosa y a Renata Schussheim, entre otros–, pasando por las publicaciones que hizo en revista Mujer en 1983, revista Sex Humor en 1991 y otras tantes campañas públicas, hasta llegar a sus trabajos más actuales.
Sexta hija de siete hermanos y hermanas, Maitena nació en mayo de 1962 y de chiquita la escuela ya la aburría. “Así que me puse a dibujar, y descubrí que mientras dibujaba podía pensar en lo que quisiera sin que nadie tratara de educarme”, relata en su autobiografía, en la que relaciona cada momento de su vida con los colores que llevaba en el pelo. A los 17 años ya estaba casada con dos hijos, y a los 24 ya se había divorciado. No sin dificultades en un momento del mundo donde los historietistas eran todos varones, comenzó a publicar sus primeros dibujos.
Mujeres alteradas
En 1994, cuando estaba a punto de cambiar de profesión, ocurrió algo impensado que modificó el rumbo de su vida: “Mujeres alteradas empezó saliendo en Revista Para Ti, y a mí me parecía que no era una revista `Para mí´, porque yo trabajaba en Sex Humor, hacía comics eróticos, era una chica punk y me parecía que esta revista no tenía nada que ver conmigo, pero me ofrecen trabajo fijo y pagaban bien. Me pareció la gloria empezar a tener un sueldo, obra social para mis hijos y me metí de cabeza”, recuerda Maitena.
“Alteradas me cambio la vida”, cuenta sobre la página de humor semanal que publicó durante 20 años en Revista Para Ti y ocupa una sala completa de la exposición. El desafío de escribir semana a semana sobre el universo femenino durante años, además de darle fama y dinero, la conectó con sus propias vivencias y la de muchísimas con las que creía no tenía nada que ver: “fue hermoso lo que pasó porque la historieta ganó lectoras, fue un boom, la pasaron a la última página y la gente empezó a leer la página por la parte de atrás”.
Las historietas que aparecen en esta serie recorrieron más de 30 países y la consagran definitivamente como una impulsora del humor con perspectiva feminista. En los ejemplares originales que hay en la vitrina se cuestionan todos los mandatos patriarcales: la maternidad, el amor romántico, la monogamia, los mandatos sobre los cuerpos de las mujeres, el paso el tiempo, la moda, violencia obstétrica y un montón de temas de los que hace 20 años no se hablaba. “Si la hubiese seguido haciendo, seguramente habría cambiado mucho con lo que fue al principio porque el mundo cambió mucho estos últimos 10 años y hay un montón de material de esta serie que podríamos pensar que ya no tiene actualidad”, opina.
La creación como proceso
Otras de las partes más conmovedoras de la muestra tiene que ver con la sala “Ropa Interior”, donde aparece todo el material referido a los procesos creativos de Maitena. Allí hay bocetos de sus dibujos en lápiz de todo los tiempos, pinceles, paletas de acrílicos, hojas de calcar: «acá hay un poquitito de las nueve toneladas que tengo, pero me gusta poder mostrar que dibujar se aprende como se aprende a tocas el piano, a cocinar, a escribir, se aprende dibujando».
“Dibujaba horrible cuando empecé, y es un proceso de trabajo que fue cambiando con los personaje de alteradas que pasan de plano a ser tridimensional, y cómo las personas se parecen cada vez más a las personas”, explica a los medios, pero también ante una delegación de Línea Peluda, el colectivo que congrega a 40 mil dibujantas en todo el país.
Es que una de las salas está completamente impregnada –literal y metafóricamente- de la ola verde. Se trata del espacio cedido por Maitena a a este colectivo , al cual define como un “proyecto colectivo, feminista, callejero, que reúne a ilustradoras de todo el país y que nació en las calles en el marco de la lucha por el aborto legal”. Se trata de transfeministas que se visibilizan el activismo artístico con una respuesta política, sumando un espacio colaborativo que incorpora voces, historias y sensibilidades.
Hay además una sala sensorial para que quien visita la muestra pueda impregnarse de los personajes de Maitena con todos los sentidos. También hay una sala con ilustraciones de “Sexo implícito” –y no tan implícito– y otra donde se pueden ver sus trabajos más actuales, como “Superadas” o “Curvas peligrosas”, y todo aquello realizado ya en la etapa digital.
La exhibición puede visitarse de miércoles a domingos, de 14 a 20, y no se requiere reserva previa de entradas.
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