Por Pablo Bassi, desde Bariloche | Unas 40 personas de distintos puntos del país se reunieron por primera vez el fin de semana pasado en Bariloche. Intercambiaron experiencias de trabajos que tienen distinto nombre -cuidacoche, trapito, naranjita, tarjetero, permisionario- de acuerdo a su nivel de organización, de reconocimiento del Estado, de legitimidad entre los vecinos.
En la ciudad andina, por ejemplo, se los identifica como “los chicos con chaleco del Estacionamiento Medido”, pero en otras municipalidades argentinas ni siquiera son reconocidos como trabajadores. En la de Córdoba sólo se encargan de fiscalizar el estacionamiento de la periferia; el centro lo gestiona un privado. En Paraná sólo cobran 4 pesos por hora, no les alcanza para sobrevivir. Organizados en cooperativas sólo hay en Luján y en Bariloche, ciudades modelo de la alianza virtuosa de cogestión con municipios y la Universidad Nacional de La Plata, creadora del software que sustenta el sistema de cobro, donde el 26% de la recaudación es destinado al municipio, el 4% a la universidad y el 70% restante al bolsillo de los cooperativistas.
Datos nacionales: la app está en 50 ciudades, registra 2.000.000 de autos, certificó ya más de 10 millones de patentes y prevé 65.000 lugares para estacionar.
El Sistema de Estacionamiento Medido y Solidario (SEMS) que privilegia el empleo de madres jóvenes y desocupadas cumplió 10 años en Bariloche, y por eso el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) organizó el “Primer Encuentro Nacional de Cuidacoches” con mujeres y hombres de Salta, San Miguel de Tucumán, Concordia, Paraná, Córdoba, CABA, Lomas de Zamora, Quilmes, La Matanza, Mar del Plata, Luján y El Bolsón.
El encuentro tuvo su epílogo este lunes con la participación de funcionarios, concejales, dirigentes sociales y trabajadores. Entre ellos el intendente Gustavo Gennuso, que arengó a otros intendentes “a que se la jueguen” por la implementación del sistema.
El encargado del área de software de la universidad platense, Juan Marra, también hizo referencia a la “voluntad política” necesaria para que el programa resulte exitoso. Marra contó que el SEMS nació hace trece años, cuando todavía no existían los smartphones. Esta tecnología nacional fue exportada luego a experiencias en Brasil, Chile y México. Próximamente será impulsada en Paraguay.
Santiago Carballo, referente del MTE Bariloche, recordó que durante los primeros cincos años sin tecnología los trabajadores del SEMS portaban una libretita donde anotaban los cobros y las patentes y que debían perseguir a los automovilistas que eludían el pago del estacionamiento. Todos se rieron de lo que ahora es una anécdota.
Fotos: MTE