Redacción Canal Abierto | Una nueva noche de protestas y represión se vivió en distintas ciudades de Francia anoche. El despliegue de 45.000 efectivos policiales por parte del gobierno de Macron no intimidó a los manifestantes que volvieron a salir a las calles en denuncia del asesinato del joven Nahel a manos de la policía francesa.
A casi una semana del hecho que desencadenó las protestas, son 3.200 los detenidos, más de 700 los agentes de seguridad heridos, unos 5.000 los vehículos incendiados y casi un millar los edificios dañados, según los datos aportados por el Ministerio del Interior francés.
Unos de los sucesos más destacados fue el ataque a la vivienda de Vincent Jeanbrun, alcalde de L’Hay les Roses, una localidad en los suburbios de París. En la madrugada del sábado, un auto en llamas fue estrellado contra la casa y provocó un incendio en el que la esposa y uno de los dos hijos pequeños del alcalde resultaron levemente heridos. El mandatario local, representante de se encontraba en la sede municipal y denunció “intento de asesinato”.
En este contexto, Macron convocó a una reunión de urgencia de su gabinete al tiempo que agendó encuentros con legisladores y alcaldes de más de 200 localidades afectadas por los disturbios.
Por su parte, la Asociación de Alcaldes de Francia, que nuclea a las autoridades locales, manifestó su preocupación ante la situación y convocó a concentraciones este mediodía ante los ayuntamientos de todo el país por los “graves disturbios” que atacan “símbolos” como escuelas, edificios públicos, bibliotecas y sedes de la policía municipal.
Mientras tanto, las protestas trascienden las fronteras de Francia y este fin de semana hubo protestas en Bélgica y Suiza. En Bruselas fueron detenidas 35 personas y en Lausana, 7. En Italia, otro país vecino de Francia, el gobierno mandó a reforzar la vigilancia ante el temor de réplicas en su territorio. Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, manifestó estar “preocupado” por los disturbios en Francia, aunque descartó que se puedan replicar en Alemania. De momento, Macron aplazó una visita prevista a ese país.
Una de las preocupaciones a largo plazo implica la realización en septiembre del Mundial de Rugby y los Juegos Olímpicos en 2024 y en varios países aconsejaron a sus ciudadanos no viajar a las zonas de los disturbios. Al respecto, la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castérea, anunció que se reforzó la seguridad de las infraestructuras que acogerán los Juegos Olímpicos el próximo año.