Redacción Canal Abierto | Mercedes es docente en Saladillo, un pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires. A pesar de la tranquilidad que da ese contexto campestre, está a mil. “Voy y vengo, voy y vengo, voy y vengo”, cuenta sobre su semana laboral. Trabaja en primaria y secundaria, en un nocturno de adultos y también tiene dos horas de ruralidad y un cargo no docente. En promedio, le mete unas ocho horas por día -39,5 en total-, y no pasa los 350 mil pesos.
“Al tiempo al frente del aula le tenés que sumar el viaje, porque son todas escuelas distintas. Eso impacta mucho en los traslados, en los tiempos, y yo creo que también en la calidad educativa. Los viernes llego matada”, admite.
Su situación no es excepcional ni la peor que podemos rastrear en el país. Un informe de Argentinos por la Educación da cuenta de que en Argentina, 3 de cada 10 docentes de primaria trabajan en más de una escuela.
La situación educativa es compleja y en cada provincia tiene sus particularidades. Otro informe da algunas pistas más generales: entre 2004 y 2021 doce provincias redujeron su presupuesto en Educación. Picaron en punta CABA y Mendoza, y entre las que mejor hicieron la tarea figuran Neuquén y Salta.
En Chubut, una provincia con una importante tradición de lucha docente, Carlos Magno, dirigente de ATECH, cuenta a Canal Abierto que en los últimos años el principal problema que enfrentan es el ajuste del gobierno de Mariano Arcioni, producto de una deuda millonaria “mal refinanciada”. Ahora todos los ingresos por regalías van primero a los acreedores y, recién lo que sobra, entra a las arcas provinciales. Como consecuencia, en 2020 y hasta finales de 2021 los sueldos docentes estuvieron directamente congelados.
Hoy, “con lo que paga la provincia, un docente que empieza la carrera no supera los $121.000”. Así, “queda lejos del piso mínimo nacional”, que en la última paritaria, el 8 de septiembre, quedó fijado en $200.000.
“Con 20 horas cátedra a las que equivale un cargo de maestro de grado no se llega ni al 50% de la canasta familiar ($248.000), con lo que paga la provincia. Y con lo que paga el gobierno nacional tampoco”, aclara el representante sindical. Esta situación “obliga a tener dos puestos de trabajo para arañar el costo de la canasta. Y en niveles como el inicial es casi imposible porque no hay tal demanda de docentes”, señala.
El desbarajuste financiero impacta también en el estado general de la educación y no solo en el salario docente. Si bien hubo muchos días de paro, Magno remarca que “hubo una gran cantidad de días sin clases por escuelas sin condiciones edilicias adecuadas”.
La semana pasada se conoció una gran noticia: el abandono escolar en secundaria cayó 9,3 puntos porcentuales en los últimos cuatro años. Pero ese dato tiene claroscuros ya que esa mejora no se tradujo en un mayor número de egresados con conocimientos adecuados en materias básicas como Lengua y Matemática.
La clave de cómo encarar la situación la dan los mismos docentes, su experiencia como laburantes y sus reclamos de lo que falta. Barrer con la educación pública, como quiere el candidato a Presidente más votado en las PASO, no parece resolver ninguna de las situaciones que plantean.
Como señala Magno, figuras como la de Milei, que proponen dejar a la educación en manos del mercado, “son una amenaza”. Para el docente, sus votantes “no han dimensionado las consecuencias que eso significaría para el futuro soberano del país”.
Te puede interesar: Nicolás Trotta, sobre los “vouchers para estudiar” de Milei: “No tuvo éxito en ningún país”