Redacción Canal Abierto | Karina Beltrán expondrá su obra en la sede de la CTA Autónoma (Bartolomé Mitre 748, CABA) a partir del jueves 14 en la muestra La patria ilustrada, coordinada por Idearios del Sur del Instituto de Estudios y Formación y la Secretaría de Cultura de la central, con entrada libre y gratuita. Como el nombre sugiere, se trata de ilustraciones que hacen referencia a distintos sucesos y personajes de la historia argentina, que fueron publicados en tres libros con textos de la propia artista: La patria dibujada, La patria no se borra y La patria borra.
“Mi primer recuerdo es dibujando el jardín de infantes”, cuenta Beltrán en diálogo con Canal Abierto. “Ha sido siempre un lugar muy cómodo, no sólo para crear e imaginarme en un mundo maravilloso, sino también para poder elaborar lo que me pasó durante toda mi vida”, agrega.
“No es casual que yo haga caricatura histórica y sociopolítica. Fui militante durante muchos años y luego empecé a registrar, como alumna de la Universidad de Buenos Aires asistiendo a las cátedras de Historia y de Sociología, aquellos hechos históricos y sociopolíticos que transforman la vida de los argentinos y de las argentinas. En algunos había participado y de otros consideraba que debía pintar, que debía guardar”, desliza respecto a la motivación de su obra.
Su formación en Ciencias de la Educación es la única que Beltrán reconoce, ya que en materia de artes plásticas fue siempre autodidacta. “Yo no nunca estudié dibujo, pintura, ilustración ni composición. Lo único que he hecho al respecto fue un curso de fileteado porteño. Pero fue un curso breve, cuatrimestral. Y fue por un disfrute personal, aunque en algunos de mis trabajos lo vas a ver. Pero no fue mi estilo, no me dediqué a filetear”, explica.
En su relato aparece el nombre de Juan Sasturain. El director de la Biblioteca Nacional fue quien le hizo ver que eso que había sido un hobby toda su vida debía salir de su espacio privado. El encuentro del escritor con los dibujos de Beltrán fue azaroso. “Me acerqué a él a mostrarle mis trabajos literarios, porque además escribo, y él entre las hojas de mi novela ve unos dibujos. Y ahí me dice que tenía que hacer eso”, recuerda la artista.
Allí comenzó el camino para que el fruto de su habilidad y sus conocimientos por los hechos y personajes de nuestra historia se plasmaran en libros de dibujos. “Mis libros los edité yo. En algún momento me cansé de no tener oportunidad y dije `yo los voy a mostrar igual´, y con la ayuda de muchos compañeros de distintas partes del país pudimos hacer una preventa y así llegó mi primer libro, editado por la cooperativa el Zócalo”, rememora Beltrán.
Y subraya que “fue todo un esfuerzo personal. Yo tenía reunidas muchas obras, porque venía pintando desde muy jovencita, pero cuando ya tenía reunido un número de obras empecé a escribir sobre esos hechos políticos y empecé a publicar los libros con 50 imágenes de 50 hechos históricos sociales del siglo XX y actuales, con una pequeña referencia de cinco o seis líneas al respecto. Es la historia en imaginación”.
Respecto de los textos que acompañan las ilustraciones, Beltrán cuenta que “yo dibujo y después busco información para ser precisa. Lo hago porque las personas que estamos informadas las conocemos, pero me ajusto a archivos, consulto bibliografías, diarios y busco en los medios para ver qué tan ajustada estoy”.
Un detalle particular que tiene la elección de los sucesos históricos sobre los que trabaja es que la artista recurre al ámbito asambleario. “Yo hago reuniones en barrios populares, en asociaciones de vecinos, en escuelas, y es la gente la que propone el tema sobre el que después yo voy a trabajar”, cuenta Beltrán.
Y explica con un ejemplo: “En una de mis muestras que es Nuestra Evita, el camino del pueblo cuando empezamos a recorrer pensaban que yo venía a darles una charla sobre el día del militante pero yo les dije `cuéntenme cómo es ser militante´ y había gente de 70 u 80 años. Entonces fue muy hermoso porque la gente empezó a contar cómo era militar en otras épocas y sus anécdotas, y de ahí salió una de las láminas más hermosas que yo tengo que tiene que ver con la Resistencia Peronista y lo que hacían para poder escuchar los discos que Perón mandaba desde el exilio”.
“Mi idea es recuperar la memoria colectiva que tenemos todos. Yo siempre creí que la historia es un campo de lucha y de conflicto en el que pugnan intereses contrapuestos y que eso finalmente impacta en nuestros modos de vida, y eso supone un cambio de la estructura social. Esos cambios son las políticas que yo pinto y cómo afectan a nuestro pueblo”, agrega.
Docencia y vieja escuela
En diálogo con Canal Abierto Radio, Beltrán se refirió a su labor docente, surgida de formas de trabajo que debió adoptar a partir del avance de una dificultad visual. “Trabajo dando talleres solidarios de arte para personas con discapacidad visual, promoviendo el arte como disfrute y como posibilidad a partir de las propias técnicas que yo empleo y que desarrollé para poder trabajar. Comparto esos saberes con otras personas como yo para que puedan continuar trabajando y haciendo arte”.
La artista contó que no recurre a herramientas que aporta la tecnología, sino que dibuja “con lápiz y lapiceras, como Néstor Kirchner con nuestra famosa birome que nos permite volar. También con lápices acuarelas; antes pintaba, pintaba con acuarela, pintaba con témperas, pero bueno, cada vez los contornos se me han ido esfumando y hoy por hoy para trabajar necesito un trazo grueso. Necesito pegar mi nariz a la hoja. Y tener un pincel entre mi nariz y la hoja está difícil, pero con una punta de lápiz es más fácil”.
“Entonces es así como trabajo y también empleo muchas veces collage y puntillismo, y ayudan mucho las técnicas de traslado de papel, que muchas veces me salvan de elegir los colores. Porque algo que me pasa es que confundo muchas veces los colores. A veces confundo el verde con el gris y otras el marrón con el violeta”, concluyó Beltrán.
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