Redacción Canal Abierto | La producción en la industria manufacturera pyme experimentó una abrupta caída de 26,9% en diciembre y finalizó 2023 con una baja de 2,6%. En comparación con noviembre, la actividad industrial sufrió una retracción acentuada del 31,7%.
Los datos surgen del último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que atribuyó el desplome a “la significativa depreciación de la moneda, la escalada de la inflación posterior a las elecciones y los cambios en las regulaciones de importación”.
En este marco, en diciembre el 53,4% de las empresas reportó dificultades para reponer stocks, especialmente en la obtención de materias primas e insumos.
Por sectores, la peor performance correspondió al rubro “Metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte”, con una baja anual de 35,7% en su producción, a precios constantes, seguida por “Maderas y muebles” (-34,4%).
En el acumulado del año, la mejor performance sectorial estuvo en “Textil e Indumentaria”, con un alza de 3,3% frente al período enero-diciembre de 2022. Mientras que el peor desempeño lo registró “Papel e impresiones”, con una caída del 16,7%.
Pese a e estos primeros resultados desastrosos del gobierno de Javier Milei –producto de sus políticas, pero también por las expectativas de recesión previas al traspaso de mando-, la CAME hizo público un comunicado crítico con la huelga general convocada para este 24 de enero.
“Somos respetuosos de las decisiones del sindicalismo y del derecho a huelga. Entendemos y compartimos la incertidumbre imperante y la angustia que afecta a buena parte de nuestra población, pero no creemos que un paro sea el instrumento que vaya a revertir esta situación”, afirmó el presidente de la entidad, Alfredo González.
Por lo visto, para la CAME no hay razones suficientes para protestar, aún frente al brutal derrumbe en la producción y las ventas, la derogación de leyes que fomentan la industria nacional o la promesa de estanflación como política de Estado.