Redacción Canal Abierto | Antes de los eventos de las últimas horas, con la escalada bélica entre Irán e Israel, el ministro de Defensa, Luis Petri, anunció que viajaría esta semana a Bruselas, Bélgica, para solicitar la inclusión de la Argentina como “socio global” de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
La alianza militar reúne a 30 naciones europeas, más los Estados Unidos y Canadá, y constituye un sistema de defensa, surgido en 1949 en plena guerra fría con la Unión Soviética, por el cual los estados integrantes acuerdan defender a cualquiera de sus miembros ante un ataque externo.
“Argentina, desde 1997, el momento de las ‘relaciones carnales’ de Menem, es aliada extra OTAN. Ese anuncio se hizo en el marco de la segunda visita de Clinton al país -el 16 de octubre de ese año. Página/12 tituló su tapa de ese día: “Llegó papá”-. Ahora, el planteo es subir de nivel como ‘socio global’ de la OTAN. El único país de la región en esa condición es Colombia, que hasta el triunfo de Petro era una suerte de correa de transmisión de la política exterior de Estados Unidos en la región; allí tiene varias bases militares, aplicó el Plan Colombia y una política de fuerte militarización”, explica a Canal Abierto Leandro Morgenfeld, historiador e investigador del Conicet.
El gobierno de Milei sostiene una política de alineamiento absoluto con Estados Unidos e Israel. “Esto se tradujo en la salida de los BRICS, en la cancelación de la compra prevista de aviones chinos y, en su reemplazo, la compra a Dinamarca de aviones usados de combate norteamericanos. Se manifiesta también en la política de ataque a los gobiernos latinoamericanos no alineados con Washington, de hostilidad con Lula, hostilidad con el gobierno chino, votaciones en la ONU a favor de los Estados Unidos. Por otro lado, el gobierno de Milei recibió a todos los funcionarios de los tres poderes de Estados Unidos que visitaron el país”. A saber: el director de la CIA, William Burns, se reunió con el jefe de Gabinete Nicolás Posse en marzo en la Casa Rosada; la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur, fue agasajada babosamente por el propio presidente y parte del gabinete; el secretario de Estado Antony Blinken, también fue baboseado por el padre de los perritos, que lo sacó a pasear por el balcón de la Rosada el 23 de febrero pasado. Si tenés un carguito en Washington, pasá por Balcarce 50 que serás recibido afectuosamente.
¿Puede haber algún efecto beneficioso de este alineamiento con la OTAN?
-Yo creo que no hay ninguna consecuencia favorable. Estamos en un proceso de transición hegemónica global donde Estados Unidos va declinando como potencia económica y va perdiendo fuerza en desarrollo tecnológico frente a China y otros actores. Entonces, refuerza el músculo militar y la OTAN es el brazo armado del imperio. Este alineamiento nos obliga a involucrarnos en conflictos externos, conflictos sobre todo europeos, en los que Argentina no tiene capacidad militar para involucrarse debido a las enormes vulnerabilidades que tiene en materia de defensa.
Nada bueno podemos esperar de eso y sí consecuencias muy perjudiciales. Ellos van a decir que lo bueno es que pasar a ser socio global de la OTAN te permite acceder a la posibilidad de comprar determinado armamento y eso lo van a hacer para que compremos armamento europeo y americano y no los de origen chino o ruso, por ejemplo. Entonces, se nos condiciona en esas compras, aunque ellos lo presenten como una ampliación de nuestra posibilidad de acceder a insumos militares.
Además, lesiona nuestras posibilidades de juntarnos con el resto del mundo, con otros bloques de países como el G77+China (grupo de naciones del sur global, actualmente reúne a 134 países, más Beijing pero no como miembro pleno), en la ONU, en los organismos regionales, el grupo BRICS, que nos permitirían tener mejores condiciones para el reclamo soberano sobre Malvinas, por ejemplo. Justamente, el Reino Unido es el segundo socio en importancia de la OTAN, después de Estados Unidos, y tiene una base militar en nuestras islas del Atlántico Sur ocupadas.
En síntesis, creo que sería peligrosísimo y constituiría un enorme retroceso para la Argentina.
¿Este alineamiento no tiene impedimentos legales o respecto a lo firmado en pactos regionales?
-Para que esto avance tendrá que haber una negociación extensa. Por otro lado, pasar a ser socios globales de la OTAN requiere de aprobación parlamentaria, y supongo que habrá una fuerte discusión en este sentido.
Según fuentes del Ministerio de Defensa, citadas por La Política Online, esta semana se va a presentar la carta de intención para ingresar como socio global de la organización. El paso previo a eso es el de aspirante y la Argentina deberá iniciar el proceso del Plan de Acción Individual de Asociación (IPAP).
Los atentados a la AMIA y la embajada de Israel pueden haber estado vinculados con la política de relaciones carnales y la participación en la Guerra del Golfo… La sobreactuación de Milei en la relación con Israel ¿nos vuelve a marcar como blanco en el conflicto de Medio Oriente?
–La política exterior de Milei, en particular la sumisión frente a Estados Unidos y el alineamiento con Israel, se da justamente en un momento en que, en todo el mundo, está siendo señalado el genocidio que se lleva adelante sobre el pueblo palestino. El Consejo de Seguridad de la ONU le exigió a Israel un alto el fuego, que permita llegar ayuda humanitaria y que termine este proceso que provocó en Palestina la muerte de más de 30.000 personas, de más de 10.000 niños y una situación agobiante para dos millones de personas hacinadas en la Franja de Gaza. En este momento, en Estados Unidos hay enormes protestas de las comunidades judías de distintas ciudades y del pueblo en general y el gobierno de Biden tuvo que cambiar su posición, aunque sea parcialmente. Lo mismo en distintos países europeos y de todo el mundo.
En este momento, Milei sobreactúa un alineamiento con Israel. Mientras que Benjamín Netanyahu está siendo fuertísimamente criticado al interior de Israel por el propio pueblo israelí, con enormes movilizaciones en su contra, en ese momento, Milei dice que Netanyahu no cometió ningún exceso y encima anuncia que va a trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén contra lo que indica Naciones Unidas.
En ese contexto -esta charla se produjo antes del frustrado ataque de Irán en respuesta al atentado israelí en la embajada iraní en Siria-, Milei ubica ahí a la Argentina. Eso nos puede poner como blanco del conflicto de Medio Oriente.
Por otra parte, un sector del partido judicial aprovecha para volver a meter el tema de la AMIA. No para investigar las responsabilidades del atentado, no para encontrar los culpables, sino para involucrar al estado de Irán y que esto sea utilizado desde el punto de vista geopolítico por Estados Unidos e Israel.