Redacción Canal Abierto | Agustina Castells fue abusada sexualmente por su abuelo, Humberto Aroldo Bello, desde los 4 años. A los 12 pudo ponerlo en palabras y hablarlo con su mamá y su papá, que inmediatamente le creyeron y cortaron todo tipo de vínculo con el agresor. Luego de años de terapia, y a pesar de los altibajos, la mujer que hoy tiene 35 años y es docente de Prácticas del Lenguaje en colegios de la zona sur del Conurbano, pensaba que ya lo había superado.
En una conversación con Canal Abierto contó que, sin embargo, también “sentía que había algo que no cerraba”. Por eso, en 2021 tomó la decisión de llevar su caso a la Justicia e inició un camino sinuoso, no exento de violencia institucional, que el 1 de marzo de este año pudo coronarse con una victoria que ella define como un logro colectivo.
El Juzgado de Garantías N° 8 de Lomas de Zamora, a cargo del juez Gabriel Vitale y bajo la instrucción del fiscal José Luis Juárez, declaró probados los delitos de abuso sexual agravado y corrupción de menores. Además, el fallo estableció la responsabilidad del Estado nacional ante la omisión de cumplimiento de las obligaciones asumidas respecto de la prevención, investigación y sanción de delitos sexuales contra niñas, niños y adolescentes.
De este modo, Agustina se transformó en la primera denunciante de abuso infantil en conseguir una sentencia, en el marco de un Juicio por la Verdad. Se trata de un proceso que no es de carácter penal sino reparatorio para las víctimas de hechos ocurridos antes de 2015, cuando se sancionó la ley 27.206 que modificó el Código Penal y declaró imprescriptibles esos delitos.
“El proceso fue tan largo que cuando llegó me agarró por sorpresa. La verdad es que no me lo esperaba y menos me esperaba la repercusión que tuvo por esto de ser el primero del país”, reconoció Agustina. Y aclaró que si bien es el primer juicio en obtener una sentencia no es el primero ni el único que se inició: “Hace poco hablé con una chica que empezó antes que yo y sigue sin respuestas. Hay un montón de casos que siguen circulando en la Justicia porque no hay formas eficaces de resolverlo rápido”.
Ante esa carencia, con su abogada Costanza García están elaborando un proyecto de Ley para generar un procedimiento estándar y para que acudir a la Justicia no implique para las denunciantes “emprender una odisea”.
En la entrevista, Agustina también narró cómo fue contarle su historia a su abogada: “Ella cerró la carpeta, me miró y me dijo: ‘lo que a vos te pasó es un delito’. Eso me dio vuelta la cabeza, porque si bien yo ya lo sabía, ya lo había dicho, hay una parte de vos en la que sigue estando esta cosa de ‘¿y si no fue para tanto?’, ‘y si estoy haciendo un lío por nada’”.
Además, se refirió a la importancia de la palabra, a las redes de contención y a la lucha feminista: “Más allá de todo, todas las instancias del proceso fueron muy reparadoras desde un montón de lugares que tienen que ver con poder decir tu historia y que alguien te escuche, y con poder encontrar una respuesta después de mucho silencio, de mucho miedo y de mucha oscuridad. Contarlo te vuelve protagonista de tu propia vida, y en este caso tuvo ese plus de la repercusión que hizo que se me acerquen muchísimas personas. Gente feliz por mi y gente feliz por sentir que esto es un logro colectivo. Fue súper reconfortante y me sentí muy cuidada”, expresó.
Entrevista: Elisa Corzo