Redacción Canal Abierto | Tras la disolución de Acorazado Potemkin a fines del año pasado, el cantante, compositor y guitarrista Juan Pablo Fernández presenta en sociedad su propuesta solista. Este viernes, a partir de las 21, subirá al escenario de Niceto Humboldt (Humboldt 1358, CABA) al frente de Los Techistas del Apocalipsis.
El grupo lo integran Mateo Baudino, Eduardo Dellamea y Ramiro Vergara y combina sonoridades a partir de guitarras y bajos. Además, contará con la participación de invitados junto a quienes presentarán las nuevas canciones de Fernández, además de revivir su obra junto a los primeros Reincidentes, su reformulación como Pequeña Orquesta Reincidentes y Acorazado Potemkin.
En diálogo con Canal Abierto, Fernández manifiesta sus expectativas de cara a esta presentación y cuenta que “es una versión muy mejorada, ampliada, amorosa y profesional de algo que yo venía tocando en mis recitales solistas. Es un repertorio que cruza todas mis épocas, de las bandas en las que participé, algunos temas que hice para una película y algún cover. Estoy muy contento con el sonido que estamos logrando, que es una sonoridad muy de la de la canción íntima, pero muy fuerte”.
Respecto a la convivencia de canciones cuyo origen puede llegar a tener distancia de tres décadas, el músico plantea que “más allá del trabajo de uno en distintas épocas, me parece que está bueno que incluso al armar los bloques de temas siempre estén cruzados y alternados. Hay algo que permanece y que me da mucha alegría escucharlo así y por eso nos animamos a hacerlo. Porque no es que se está revisitando o que se hace un homenaje, sino que hay algo que está actual. Yo lo siento como propio y vigente”.
También cuenta que en esta etapa se pone al frente del proyecto, a diferencia de las bandas que integró, en la que la composición era compartida con sus compañeros de formación. Al respecto, cuenta que “yo quería hacer algo coherente con lo que venía trabajando en algunas presentaciones que hice solista. Quería ver si esto tiene un camino posible, un potencial posible que yo se lo veo. En este momento de mi vida me hace bien conectar con eso que implica mirar hacia atrás. Fue un proceso que hice con Peluca, un libro que sacamos con las letras de toda mi carrera. Entonces era cruzar todo eso junto, mirar hacia atrás y ver que había un camino recorrido”.
Y agrega que “también estoy más viejo, estoy mañoso y me daban ganas de ordenar un poco el repertorio e imaginarme yo también hacia dónde querría ir en un hipotético próximo disco debut solista. Entonces yo creo que va a ir para este lado, así que esto sería como una forma de nutrirme de lo anterior, encontrar una vuelta de sonido nueva y, de ahí, pensar a futuro”.
Respecto de las composiciones, Fernández explica que “lo único que yo sé es cavar más hondo como si fuera que vengo haciendo medio lo mismo. Siempre las canciones tienen una célula inicial y después siempre hay una primera versión que es la que hace la banda. En ese sentido conectarme con canciones viejas, las que hacíamos con la Pequeña Orquesta o con Potemkin, pero solo con la guitarra, me permitía volver hacia cierta versión original. En algunos casos aparece algo distinto, porque siempre sentí que lo que mis compañeros me daban en Reincidentes y en Potemkin era mucho mejor de lo que yo habría hecho. Por eso siempre tuve la convicción de que me gustaba ser parte de ese colectivo y licuarme yo en esa grupalidad. Ahora también hay trabajo horizontal, pero sí estoy más grande, lo estoy direccionando yo y me gusta este ejercicio de mirar hacia atrás y entrelazar las mismas canciones con las nuevas”.
La música como arma política
Más allá del parate que significó el punto final a Acorazado Potemkin sobre el final de 2023, Juan Pablo Fernández no empezó el año quieto. A la inquietud por su búsqueda solita se sumó su trabajo con Ivonne Van Cleef Orquesta, un grupo instrumental de Santa Fe con el que sacó su segunda colaboración.
Además, como a cualquier habitante de este país, la realidad impuesta por el giro hiperliberal tras la asunción de Javier Milei lo obligó a estar en movimiento. Como respuesta a las primeras medidas del gobierno, junto a otros colegas motorizó Música por Necesidad y Urgencia.
“En principio surgió como una respuesta al protocolo de Patricia Bullrich”, explica el músico. Se trata de las instrucciones para movilizaciones que aún no pudo hacer respetar. En la primera versión, además de obligar a manifestarse sin cortar el tránsito, ponía el foco en el agrupamiento en la vía pública de más de tres personas.
“Con otros músicos queríamos salir a la calle para tocar la guitarra y decir que no puede ser que estén criminalizando cualquier reunión pública. Si uno se sienta tocar la guitarra en la vereda, ¿eso también va a ser un motivo de sospecha o condenatorio? Por eso empezamos a juntarnos y después, cuando sale el DNU, dijimos que hay que salir a la calle de verdad. Y entonces salió algo relindo, porque se juntaron un montón de músicas y músicos en un montón de lugares del país y ahí sí fue que esto fue creciendo como colectivo y como grupo”, rememora.
“Por eso terminamos haciendo como una agrupación que tenía su costado más político y su costado artístico, las dos cosas a la vez. Entonces redactamos un documento, participamos de una reunión en la CGT, participamos de la marcha de la cultura, del paro el 24 de enero. Después en un momento también empezamos a trabajar sobre cómo seguir artísticamente y cómo seguir tratando de hacer cruces con otros músicos de otras ciudades o de tu propio barrio, tocando en la esquina sin calidad de sonido, sin organización, con una difusión casi de boca a boca. Así se armó algo muy lindo este que lo estamos replicando cada vez que podemos”, agrega.
Además de las grandes movilizaciones, Música por Necesidad y Urgencia también llevó su solidaridad en forma de canciones a las asambleas de Flores y Caballito, al acampe de los trabajadores de Télam, entre otros sectores en conflicto con el Gobierno.
“Ahora vamos a tocar en una asamblea en la plaza de Morón con la agrupación de del tren Sarmiento. La idea es darle una periodicidad así que vamos a seguir haciendo cosas y vamos a seguir trabajando como hemos estado cerca de los despedidos de ATE, cerca de los despedidos de la Biblioteca Nacional. Nos gusta que haya un ida y vuelta entre el aporte que como colectivo musical podemos hacer y como nos devuelve y nos compromete que agrupaciones políticas y colectivos sientan que es necesario amplificar la voz a través de algunas y algunos artistas como nosotros”, concluye Fernández.
Foto: Agustín Jiménez