Redacción Canal Abierto | El anuncio por parte del vocero oficial del Gobierno, Manuel Adorni, de que se licitará al sector privado un espectro de 100 Mhz que estaba reservado para el desarrollo del 5G de ARSAT volvió a poner de manifiesto la intención del Gobierno de dejar de lado la intención de avanzar con las políticas de telecomunicaciones que se impulsaron en los últimos años.
Bajo el argumento de que ARSAT no está utilizando ese espectro, será ahora el sector privado quien se beneficiará con su posibilidad de explotación. En diálogo con Canal Abierto, el delegado de FOETRA en ARSAT Jorge Sillone contó que “en el caso puntual del 5G, la empresa no ofrece el servicio porque habría que invertir, desarrollar y desplegar la infraestructura”.
El servicio de ARSAT se da en el rubro mayorista. Provee de los servicios de telecomunicaciones a los proveedores que son quienes finalmente le hacen llegar el servicio al usuario. “En este caso del 5G, habría que ver si, de haber invertido con tal fin, hubiese sido de carácter mayorista o como prestador de consumidor final”, razona Sillone.
El delegado aclaró que, más allá de los anuncios, no hay mayores precisiones al respecto. “Esta cuestión del espectro que se menciona esta semana, que ya hubo algunos intentos en el pasado, cuando se implemente se van a conocer los detalles. Cuando se vuelva a licitar habrá ver a quién se le adjudica y cómo se termina concretando. Hoy lo que tenemos arriba de la mesa es un anuncio de de la licitación por así decirlo y no tenemos más detalles aún”, expuso al respecto.
Hace exactamente una semana, el 16 de octubre, se cumplieron 10 años del lanzamiento del ARSAT 1, satélite que cubre nuestro país y países limítrofes. En 2015 fue el turno de ARSAT 2, con alcance al resto de Sudamérica, Centroamérica, Estados Unidos y Canadá. El desmantelamiento del proyecto tiene implicancias en el desarrollo de tecnología y en la posibilidad de cubrir telecomunicaciones en todo el continente americano.
“No son más de 10 los países realizan sus propios satélites de comunicaciones como son los satélites. Pero además del desarrollo tecnológico, esto implica una renuncia a la soberanía en materia de telecomunicaciones. Porque al contar con dos satélites propios, vos tenés soberanía en las telecomunicaciones”, explicó Sillone.
Otro aspecto que se refirió es al económico. Sobre este punto, Sillone planteó que “con un satélite como el ARSAT2 se exportan servicios satelitales. Es decir que, con los servicios que se ofrecen desde la Argentina a distintos países, lo que se hace es una generación de dólares. Es generación de divisas, algo que la Argentina no le sobra y está necesitando. Así que desde ARSAT se realiza una exportación de servicios que materializan un ingreso de dólares para la empresa, el país y la economía de de Argentina en definitiva”. El último número conocido en el aspecto de venta de servicios satelitales es de 2020, cuando ARSAT hizo que ingresaran 40 millones de dólares.
Esta exportación de servicios anula lo que suele ser el caballito de batalla del ejército privatizados: el argumento del déficit. “ARSAT se sostiene a través de sus ingresos y no necesita que el Tesoro Nacional ande girando dinero para el mantenimiento interno de la vida cotidiana de la empresa, para salarios ni para nada. Al contrario, quien genera el dinero es justamente ARSAT”, ejemplificó Sillone.
Y agregó que “el concepto superavitario lo logra a partir de un rol fundamental en las telecomunicaciones, porque llega a los pueblos donde un privado no llega por desinterés comercial que puede ser por baja densidad demográfica o porque es difícil el acceso geográfico. El comercial tampoco llega, por ejemplo a pasos fronterizos. Y con ARSAT estas zonas están conectadas como así también los Parques Nacionales o los centros de salud al pie de la cordillera”.
Otro aspecto que señaló Sillone es que este paso profundiza una línea de vaciamiento cuyo inicio sindica en diciembre pasado, ni bien Javier Milei posó sus nalgas en el sillón de Rivadavia. “Desde diciembre de 2023 hemos perdido nuestra libertad paritaria. Nosotros necesitamos recuperar la libertad paritaria por una cuestión de que en el 2023 la empresa no respetó el último acuerdo salarial que estaba establecido con las empresas del sector de las telecomunicaciones y FOETRA. Ese último acuerdo no se pagó porque el gobierno estableció que nosotros nos impuso mejor dicho nos impuso los acuerdos salariales de la Administración Pública Nacional (APN), desconociendo desde diciembre en adelante”
“Y desconoció todos los acuerdos después con el sector de las telecomunicaciones y nos impuso los acuerdos de APN. No hay negociación y, encima de esos acuerdos de APN, el último del 2% que le correspondía a APN en septiembre, ni siquiera eso nos fue otorgado. Esa decisión unilateral del gobierno que implementa la empresa hace que todos los trabajadores cobren el 50% del salario que le corresponde. Ante eso, más una política de retiros voluntarios que hay, hace que ya más del 15% del personal de la empresa se haya retirado y no trabaje más en la en la compañía”.