Redacción Canal Abierto | Con la consigna “queremos trabajar”, ayer vendedores ambulantes del barrio de Once realizaron un corte en la intersección de Avenida Pueyrredón y Bartolomé Mitre para exigir una mesa de diálogo con Ignacio Miguel Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana del Gobierno de la Ciudad, a quien señalan como el máximo responsable del violento megaoperativo que los desalojó de sus puestos de trabajo el 4 de octubre pasado y que desde entonces les impide trabajar.
A partir de una causa por venta apócrifa iniciada por la Fiscalía de Flagrancias Este a cargo de Federico Tropea y del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas N°26 a cargo del Agustín Repetto, ese día unos 600 efectivos de la Policía de la Ciudad realizaron 197 allanamientos que incluyeron decomisos masivos de mercadería y que los trabajadores denuncian directamente como un robo.
También desalojaron galpones que habían sido habilitados para la venta durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, ubicados en la calle La Rioja y en calle Perón. “Le acabamos de dar un golpe durísimo a la mafia que inundaba de suciedad y trabajo esclavo las calles de Once”, tuiteó entonces el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Ayer, en la manifestación que inició en plaza Once alrededor de un pequeño parlante en el que sonaba la versión de Gilda del tema “Jesucristo” y que siguió con un corte en Avenida Pueyrredón no había ni rufianes ni gángsters. Por el contrario, entre quienes marchaban al grito de “somos trabajadores, no somos mafia”, se pudo ver a jubilados, discapacitados, madres solteras, migrantes senegaleses y de países vecinos que se dedican a la venta callejera como único modo de subsistencia o como forma de completar sus magros ingresos.
“Desde ese día estamos tratando de sobrevivir”, explicó en diálogo con Canal Abierto Luzmeri Villanueva, referente de la rama de vendedores ambulantes de Once del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), sobre el impacto de una medida que no es aislada, sino que el gobierno de Jorge Macri viene llevando adelante en ferias y puntos de venta de toda la ciudad.
“Algunos compañeros fueron a otros lugares a trabajar pero no nos dan una respuesta. Y lo único que pedimos es una mesa de diálogo para poder discutir políticas para poder regularizar esta situación”, indicó.
Villanueva, a quien por su rol gremial le iniciaron una causa judicial con la acusación de regentear la venta ilegal, respondió: “Yo soy vendedora hace 17 años, con la diferencia que mis compañeros me eligieron para que los represente. Acá no se manejan mafias, nosotros solamente organizamos vendedores”, subrayó.
“Yo saco la conclusión –señaló- de que al gobierno le sirve decir que somos mafias porque es la única manera que tiene para venir a robarnos. Hay compañeros que han perdido muchísima mercadería, hay quienes nos hemos quedado con una mano atrás y otra adelante”. “No es justo porque yo también soy vecina de Balvanera, mis hijos también son argentinos. Entonces –pidió- basta de discriminar, de hacernos a un costado, de vernos como los negros, como los pobres, como los ratos, como los que no tenemos derechos”.
El corte en Avenida Pueyrredón activó un desproporcionado despliegue de la Policía de la Ciudad que incluyó a efectivos de la Comisaría de la Comuna 3, un cordón de Infantería y a la Policía Motorizada.