Redacción Canal Abierto | La palabra “razzia” inundó las crónicas policiales desde anoche, cuando la Policía de la Ciudad detuvo arbitrariamente a una veintena de participantes de la marcha del 8M, quienes denuncian golpes, torturas e indiferencia judicial.
“Todavía estoy bastante afectada, estoy muy cansada y tengo el cuerpo bastante dolorido. Soy una de las participantes de la marcha, marché con amigas en la columna de la disidencia sexual. Fue una marcha muy larga, y decidimos ir a cenar a una pizzería de la calle Perú. Cuando salimos, se largó la lluvia y en la Avenida de Mayo ya no había nadie”. Así comenzó el relato de Laura Arnés, investigadora del Conicet detenida anoche, en la conferencia de prensa que integrantes del Colectivo NiUnaMenos dieron en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
La marcha había llegado a su fin cuando comenzaron las detenciones. Como Laura, otras y otros tantos manifestantes fueron detenidos a la salida de la pizzería o mientras bailaban.
“Me dicen que soy una negra de mierda y que no me resista porque si me resisto me rompen los brazos –continuó Arnés-. Ninguno de los policías estuvo identificado ni durante el procedimiento afuera ni en las comisarías en las que estuve. Todo el tiempo le pedimos que se identifiquen. Nos llevaron a la Comisaría 1. En esa comisaría nos revisaron, nos hicieron sacar la ropa, a algunas las pusieron contra la pared, a algunas las tocaron. Después nos cambiaron de comisaría donde se repitió todo el procedimiento, pero a mí me pusieron en celdas aisladas. No nos dejaron leer los documentos que nos hicieron firmar. Cuando preguntábamos por qué estábamos detenidas nos decían que ellos no sabían. Nos dejaron salir hoy a las 9 o 10 de la mañana”.
El relato de Arnés se repite, con matices, más o menos igual entre las detenidas que fueron repartidas en cuatro comisarías: la primera, la Alcaldía de la Comuna 4, la séptima y la 30. Entre ellas había dos hombres y una adolescente, todos hablan de que la policía realizó una «cacería». Tres fueron internadas en el Hospital Argerich por lesiones.
Abogadas y familiares montaron guardia frente a los lugares de detención toda la noche, pero tampoco recibieron respuestas.
La legisladora porteña y activista del colectivo LGBT, María Rachid, anunció que pedirán informes y acompañarán las denuncias por violencia institucional, violencia de género, e incumplimiento de los deberes de funcionario público. “Nos preocupa no solamente la actuación de las fuerzas de seguridad y del Poder Ejecutivo, sino también del Poder Judicial, que tenía elementos para actuar con mayor celeridad y no lo hizo”, afirmó.
Por su parte, Paula Litvachky, directora del área de Justicia y Seguridad del CELS, aseguró: “esto que pasó no se puede ver como otra cosa que como un mensaje que aporta incertidumbre sobre el derecho a la protesta. El accionar policial replica lo que intentaba hacer el Protocolo Antipiquetes, que es dar la posibilidad a la policía de hacer detenciones masivas o indiscriminadas posmarcha. Al descontrol policial se sumaron hoy las declaraciones tanto de (la ministra de Seguridad Patricia) Bullrich como del ministro (de Seguridad porteño Martín) Ocampo de protección política a ese descontrol. Las detenciones que se vieron ayer fueron indiscriminadas, sin orden judicial. Esas son prácticas policiales que están prohibidas”.
Foto: Emergente