Redacción Canal Abierto | Pese a la presunta desaceleración de la población, diversos indicadores están mostrando que la crisis viene golpeando fuerte a los sectores populares.
Un reciente informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) sobre la evolución de la pobreza durante al primer año de gobierno de La Libertad Avanza aseguró que, si bien ésta no aumentó según la medición oficial, el cálculo es “inexacto” y “tiene limitaciones”.
“La pobreza en Argentina alcanzó el 38,3%, un nivel similar al del 2023 (38,6%). Sin embargo, este aparente retorno a los niveles previos a la asunción del Gobierno de LLA es engañoso”, asegura el estudio realizado por el economista y presidente de Unidad Popular, Claudio Lozano, Agustina Haimovich, Ana Rameri, y Javier Rameri.
“La Canasta Básica Total se basa en la estructura de consumo de la Encuesta de Gastos de los Hogares 2004-2005, lo que genera problemas de actualización —detallan—. Si se utilizara la metodología del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la Ciudad de Buenos Aires, la tasa de pobreza sería del 39,6%, reflejando un deterioro mayor”.
Los indicadores clave
La situación, de acuerdo al informe, se verifica en el deterioro del empleo, la caída de ingresos y el mayor endeudamiento de los hogares.
“La economía argentina atravesó una contracción del 2%, con caídas más fuertes en sectores clave como la construcción, el comercio y la industria”, plantean.
Un derrotero en línea con ese deterioro sufrieron el consumo privado, que cayó un 3,2%, y el público, que se deterioró un 4%.
Por su parte la inversión —que el gobierno libertario prometió hacer despegar— se desplomó un 16,8%.
Como consecuencia, hubo una pérdida de 358.000 asalariados formales, compensada por 329.000 nuevos cuentapropistas. Esto significa, según contabiliza el IPyPP, “cerca de 800 mil personas más buscando empleo”, que en términos porcentuales significan una presión efectiva sobre el mercado laboral que pasó del 20,9% al 24,9% de la población económicamente activa.
Ingresos magros y endeudamiento
Como suele ocurrir cuando el nivel de desocupados y subocupados aumenta, los salarios se deterioraron.
En el sector privado formal, donde los salarios muestran una recuperación gradual, aún se encuentran 5% por debajo del año anterior.
Mucho peor les fue a los del sector público: cayeron un 22% interanual. Y los asalariados informales tuvieron una reducción del 10,5%.
Como los sueldos no alcanzan, también el endeudamiento de los hogares. “Entre quienes son pobres, se incrementó sustancialmente la necesidad de gastar ahorros y también de endeudarse, a través de créditos formales e informales”, asegura el informe.
Pero el shock económico no solo afectó a los sectores de bajos ingresos, sino que “también deterioró las condiciones de vida de la clase media baja engrosando el contorno de la vulnerabilidad y ampliando la variabilidad de los indicadores de pobreza”.
“El nuevo piso del indicador luego del shock regresivo todavía se está conformando pero la experiencia histórica sugiere que lo hará en un nivel superior al que tenía previo a la crisis”, concluye el IPyPP.
Ilustración: Marcelo Spotti