Redacción Canal Abierto | La semana pasada, el Ministerio de Salud anunció que absorberá las funciones del Instituto Nacional del Cáncer (INC). El ministro y empresario de la salud, Mario Lugones, argumentó en su cuenta de la red social X que “se dio a partir de detectar irregularidades en la entrega de medicamentos a punto de vencerse, compras ineficientes y programas y estructuras duplicadas”.

En la maraña de mentiras y medias verdades de este gobierno, cabe aclarar que el Instituto no realizaba las compras por su cuenta, todo proceso de compra pasaba por el Ministerio y debía contar con su autorización. Incluso, hubo compras indicadas por el INC en estos meses que no se realizaron por impedimento ministerial.
Como es costumbre de esta gestión alegan, sin ningún tipo de pruebas, algún tipo de desmanejo o supuesto privilegio para avanzar sobre derechos… “El INC es el corazón de la política oncológica en el país, un centro estratégico para la prevención, la detección temprana, la investigación y el acceso a tratamientos en un país donde el cáncer es la segunda causa de muerte y creciendo”, explica la periodista especializada en ciencia Nora Bär.
El comunicado de la cartera sanitaria expresa que la decisión se tomó “para eliminar duplicidad de tareas, tener un mayor control de las acciones y cumplir con sus funciones de una manera más eficiente. Entre ellas podemos encontrar el Sistema de Vigilancia Epidemiológica y Reporte del Cáncer (SIVER), cuyas tareas ya realiza la Subsecretaría de Vigilancia Epidemiológica”.
Gisel Fattore, ex coordinadora del SIVER despedida el 31 de enero del INC, sostiene en una carta pública que es totalmente falso lo que señala Lugones al respecto: “Es de un profundo desconocimiento del trabajo que se viene realizando desde el INC y de las especificidades del cáncer, que tiene una modalidad de vigilancia diferente a la de otras enfermedades crónicas”, señala la experta.
Enumera luego, funciones del SIVER que la Subsecretaría de Vigilancia Epidemiológica no realiza:
– El SIVER gestiona datos de cáncer a través del Registro Institucional de Tumores de Argentina (RITA) creado por el INC, en el que los hospitales cargan en una plataforma web los datos de los pacientes con cáncer que atienden.
– El SIVER ofrece cursos de capacitación para el registro de datos de cáncer. Brinda capacitaciones on-line dictadas por expertos en Oncología y Epidemiología del Cáncer, y supervisadas por el área de capacitación del INC. Ofrece cursos para que los registradores puedan procesar sus datos y generar información.
– El SIVER trabaja con los Registros Poblacionales de Cáncer de Argentina que dependen de las provincias, siendo su tarea fundamental para que el país cuente con datos propios de incidencia de cáncer.
– El SIVER analiza y actualiza los datos de mortalidad por cáncer para todo el país y las provincias.
– El SIVER trabaja de manera transversal con los programas de prevención del INC (cáncer de mama, cuello uterino y colorrectal) en el diseño de un sistema de registro único entre los programas y el RITA y en múltiples tareas cotidianas.
– El SIVER capacita residentes en Epidemiología del Cáncer.
“Nada de esto realiza la Subsecretaría de Vigilancia Epidemiológica. Esto es parte de lo que está en juego con la disolución del Área, y mucho más se pierde con la disolución del INC”, concluye Fattore.
La disolución del INC
Por su parte, en diálogo con Canal Abierto, Tomás Rodríguez, delegado de ATE en el INC, señala que desde el 31 de diciembre de 2024 ninguno de los trabajadores del organismo tiene contrato, sus contrataciones no fueron renovadas y a cerca del 30% del personal del mismo se les hizo llegar la notificación de que sus contratos no serían renovados. “La decisión que se comunicó el 6 de marzo fue el tiro de gracia, el golpe final para el INC”.
El INC era un instituto descentralizado que dependía del Ministerio, con autoridades y presupuesto propio, y una política propia siempre dentro de la órbita de la cartera de Salud.
Consultado por las implicancias de la decisión tomada, Rodríguez sostiene que “lo que va a pasar es que esa autarquía y jerarquía institucional que se nos daba por ser un organismo descentralizado, se pierde, y pasaremos a ser un programa, una dirección más dentro del ministerio”.
“Esto implica la concreción del vaciamiento de las políticas públicas en salud. El desfinanciamiento es muy fuerte; tenemos el presupuesto de 2023, y el 30% de las personas que trabajamos acá hasta hoy fueron despedidas. Eso hace muy difícil el sostenimiento de las políticas”, sostiene el delegado, en contraposición al comunicado oficial que expresa que la “medida no afectará la continuidad de ningún programa que garantizaba el Instituto Nacional del Cáncer y sólo es un cambio administrativo que apunta a corregir los problemas encontrados”.
Respecto a la existencia de programas y estructuras duplicados sostiene el delegado que eso es un error, una falacia. “En el ministerio no hay ningún área que trabaje cáncer; la vigilancia epidemiológica del cáncer no tiene los mismos parámetros que la epidemiología en términos generales. Todo recorte o cierre de organismo de este gobierno siempre contó con estas mismas excusas, para todos los casos dijeron lo mismo: estructuras duplicadas, procesos ineficientes, compras duplicadas, etc.”.
Además de los despidos, que se concretaron en las últimas horas, “hay compañeras y compañeros con un tipo de contratación en particular que desde diciembre no cobran, porque no tienen contrato. Hay gente a la que se le adeudan prácticamente tres meses de sueldo”, concluye Rodríguez.