Redacción Canal Abierto | El informe del Banco Mundial (BM) titulado «Un Ajuste Justo» concluye que el Estado brasileño gasta mal sus recursos, sin reducir así la pobreza y el estancamiento que hoy sufre el país. Su diagnóstico es taxativo: los actuales programas gubernamentales benefician a los ricos más que a los pobres.
Sin embargo, como solución a esta administración deficiente, desde el organismo internacional no proponen un cambio en las políticas públicas sino el recorte de recursos. «El concepto de derechos adquiridos debe ser revisado», asegura -sin vueltas- el informe.
El eje mas polémico del recetario tiene que ver con la recomendación de privatizar la educación pública superior. «La gratuidad puede estar perpetuando la desigualdad», apunta el informe, donde contabiliza 2 millones de alumnos en casas de altos estudios públicas y 8 millones en privadas.
A su vez, el BM recomienda una reforma que eleve la edad jubilatoria y la cantidad de años de aportes necesarios.
Por otro lado, desde el organismo con sede en Washington instan a un recorte salarial en el sector público, siempre bajo el pretexto de recuperar la capacidad de “competitividad” y de reducción del déficit.
Según un informe de 2015 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Brasil se encuentra entre los países con menor cantidad de estatales sobre el total de trabajadores. En el país carioca este porcentaje alcanza el 11,5%, por debajo de Uruguay (12,7%), Noruega (30%), Dinamarca (30%), Francia (22%), Canadá (20), Reino Unido (19%) o Argentina (18,8%), por poner algunos ejemplos.
El estudio del BM fue a pedido del gobierno de Michel Temer para 2018, año en el cual entraría en vigor la reforma constitucional del techo del gasto público. Esta iniciativa inédita a nivel global congela por 20 años el presupuesto federal.