Redacción Canal Abierto | El posible despido de 258 trabajadores de Fabricaciones Militares mantiene en vilo a la localidad de Azul, donde los obreros cortaron la Ruta 3 ante la falta de respuestas de la empresa.
El corte comenzó el jueves por la noche bajo la organización de ATE, que se encuentra en estado de asamblea, y continuó desde la mañana del viernes hasta el mediodía. “Estábamos esperando que lleguen algunos telegramas, pero eso no pasó. En el día de hoy las autoridades de FanAzul resolvieron dictar asueto para mañana, luego les pidieron las llaves de micros a los choferes y se llevaron los coches», explicó Vanina Zurita, secretaria general del sindicato en esa ciudad.
Los rumores de que el martes 2 de enero sólo dejarían ingresar a la firma a los 38 trabajadores de planta permanente planteaba un escenario trágico para los 220 restantes que tienen contratos precarios. Esto, “además de dejar a la mayoría en la calle haría inviable el desarrollo del trabajo con ese número de personal”, sostuvo Zurita. Pero la confirmación de que se avecina el cierre llegó cuando se supo que los colectivos que trasladan a los trabajadores a la fábrica habían sido llevados subrepticiamente a la planta de Villa María.
La situación se veía venir y, en mayo, los trabajadores se reunieron con el intendente de Azul, Hernán Bertellys, para pedirle que realizase las gestiones necesarias con los gobiernos nacional y provincial que impidiesen este desenlace. Pero el fin de año se acercó y Bertellys desapareció. En su lugar, el presidente del Concejo Deliberante, Pedro Sottile, y el secretario de Planificación y Control de Gestión, Walter Surget, establecieron contacto con el sindicato y pusieron condiciones para recibir a los trabajadores: el retiro de las críticas a la gestión, y la ausencia de Zurita en la reunión. Las condiciones fueron rechazadas. En tanto, un comunicado del Municipio anunció que se suspenderían los festejos previstos para fin de año “en solidaridad con las familias azuleñas que están pasando por esta difícil situación”.
Desde hace dos semanas, la planta se encuentra militarizada con efectivos de la Policía Federal. Los trabajadores han intentado comunicarse con las autoridades de la fábrica sin obtener respuesta, y hoy a las 19.30 se prevé una concentración frente al Municipio.
En una localidad con menos de 60 mil habitantes, FanAzul es uno de los pilares industriales junto a Cerámicas San Lorenzo y diversos molinos. Su cierre se sumaría al del histórico Molino Nuevo, que en julio dejó a 30 trabajadores en la calle, quienes en su mayoría todavía no han conseguido trabajo.
Por su parte, el secretario general de ATE Provincia de Buenos Aires y de la CTA Autónoma bonaerense, Oscar “Colo” de Isasi, sostuvo que “el grado de cobardía y crueldad con que se están manejando los funcionarios de Fabricaciones Militares demuestra un alto grado de desprecio hacia los trabajadores”. Y confirmó que desde la conducción del sindicato respaldan todas las acciones de la seccional de Azul. “Si hay despedidos vamos a hacer todo lo necesario para se reincorpore hasta el último compañero”, agregó.
El vaciamiento
La presunción es que se avecina un cierre de FanAzul se da en el marco de una denuncia de vaciamiento de cinco plantas de la fábrica (Río Tercero, Azul, Beltrán, Villa María y Jáchal), que comenzó en enero de 2016 con el despido de 140 trabajadores por parte del Gobierno nacional. El 31 de diciembre vencen los contratos de otros 1650.
La llegada de Oscar Aguad al Ministerio de Defensa no fue una buena noticia. Tras la escandalosa salida del radical Julio Martínez, luego de una denuncia por la enorme compra de armamento a Estados Unidos, Aguad anunció a los gremios que sólo se dedicarían a producir material balístico y confirmó los cierres del Proyecto Vagones; la suspensión de la continuidad del convenio con INVAP para la fabricación de radares; la suspensión de la continuidad de convenio con YCRT para la fabricación de arcos para galerías y tubos de aireación para la ventilación; y la no renovación del convenio con Yamana Gold-MASA para la provisión de servicios de voladura en la mina Gualcamayo (San Juan).
En concreto, se trata de una caída de facturación de $515 millones, con una pérdida de cerca de 700 puestos de trabajo, sin contar el personal de apoyo y administrativo, que llevaría el número a más de 800 empleados menos.
Informe: LU10 Radio Azul (AM 1320) y Prensa ATE