Redacción Canal Abierto | La apertura a las importaciones que el gobierno nacional viene impulsando con nuevas medidas tuvo nuevas consecuencias. Tras la eliminación del arancel a computadoras, notebooks y tablets, la empresa Bangho decidió echar a 400 de sus 600 trabajadores y la agroquímica Atanor a 120 empleados, tras el cierre de sus plantas en Baradero y Munro.
Durante la semana pasada Bangho fue centro de las noticias, luego de haber suspendido a 185 trabajadores que cobran sólo el 70% de su salario. Tras una negociación con el Ministerio de Trabajo, la empresa se comprometió a no despedirlos y prolongar por dos meses más la suspensión.
En un comunicado, sus autoridades confirmaron haber estado en tratativas con el gobierno para garantizar los puestos de trabajo mediante una exención impositiva, pero que la medida oficial sobre la apertura de importaciones terminó por decidirlos a no producir más, sino a importar.
Atanor, por su parte, productora de ácido acético y acetato, entre otros elementos químicos, anunció hoy con un cartel en la puerta de su planta en Baradero el cierre de ese establecimiento.
«Lamentamos informar que la Planta cesará su actividad productiva. Entendemos el impacto que esta decisión tendrá. No obstante, en el marco de dicha decisión, Atanor respetará y cumplirá con la legislación vigente. Para mayor información, comunicarse con el área de recursos humanos”, decía el cartel.
De esta manera, más de 80 empleados quedaron sin trabajo, a los que se suman unos 40 pertenecientes a la planta de Munro, lo que fue informado horas después.
Desde el sindicato de petroquímicos de Zárate, el dirigente Néstor Carrizo confirmó a Radio 10 explicó que “las empresas del sector dicen tener problemas de rentabilidad por la apertura de las importaciones”. Según él, Atanor había comprado poca materia durante los últimos meses porque les fue más rentable importar que producir.