Con bombos y platillos, el gobierno relanzaba en marzo la línea de créditos hipotecarios ProCreAr destinados a la construcción, en lo que suponía una buena noticia para las familias que querían hacerse el techo propio.
Las malas noticias llegaron de parte del Banco Central, organismo desde el que un mes más tarde se anunciaban fuertes subas en las tasas de interés, dato que volvía a alejar la posibilidad de acceder a aquellos créditos.