Redacción Canal Abierto | YPF firmó un acuerdo de exploración conjunta con la empresa noruega Statoil en un área de 157 kilómetros denominada Bajo del Toro de Vaca Muerta, en Neuquén. Ambas estarán asociadas en un 50%.
Esta alianza comercial quedó rubricada en la ciudad suiza de Ginebra entre el vicepresidente ejecutivo de Exploración de la empresa extranjera, Tim Dodson, y el vicepresidente de Desarrollo de Negocios de la compañía de mayoría estatal, Sergio Giorgi.
La alianza comercial es una réplica de otras ya constituidas por YPF en Vaca Muerta: asociación en partes iguales con un capital extranjero para explorar pozos y extraer gas de manera no convencional. Un esquema de proyecto piloto en áreas reducidas sobre las que se vislumbra un potencial de reserva gasífera de extracción rápida.
De esta manera, el gobierno argentino ratifica un perfil productivo que arrastra polémica por su impacto ambiental, en detrimento además de la explotación de pozos convencionales, como los de la cuenca cuyana y patagónica. Los capitales privados no han demostrado interés de invertir en ellos, por su necesaria inversión de largo aliento.
En diálogo con Canal Abierto, el especialista en energía y relaciones internacionales del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) Gustavo Lahoud advierte los riesgos de este “nuevo esquema extractivo a gran escala con epicentro en Vaca Muerta”. Principalmente porque la producción pareciera estar pensada en ser exportada a futuro al mercado Asia Pacífico, y no al regional de América del Sur, donde se podría generar, en palabras de Lahoud, una complementariedad comercial de interés geopolítico.
El especialista tiene indicios para pensar en ello: menciona el proyecto ferroviario que conecta Vaca Muerta con el puerto de Bahía Blanca, como así también el mejoramiento de las rutas entre ambos puntos.