Redacción Canal Abierto | Según datos del Indec, tras la primera mitad del año hay 7.838.005 de argentinos que viven en la pobreza. De ellos, 3.887.000 (un 49,5% del total) residen en el conurbano de la provincia de Buenos Aires. El cuadro se completa con otro dato: del total de indigentes –que según los datos oficiales, creció en el último semestre- el 57% vive en la periferia de la Capital Federal.
El Conurbano bonaerense es, históricamente, la caja de resonancia de los males sociales nacionales. Allí vive aproximadamente el 25% de la población de todo el país y se concentran niveles de pobreza muy por encima de la media nacional.
Luego de que desde el Gobierno anunciaran con sonrisas la baja de la pobreza total en 1,7 puntos porcentuales en relación al último semestre de 2016 –el peor en años-, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) analizó los datos oficiales y concluyó que durante el primer semestre de 2017 hubo en el Conurbano “un 5% menos de personas que se encuentran bajo la línea de pobreza. La contrapartida es que creció un 9% la cantidad de habitantes que pasó a la condición de indigencia, o sea que no cuentan con los recursos suficientes para adquirir los productos indispensables necesarios para alimentarse adecuadamente”. Lejos de salir de la pobreza, se trata de personas que se han empobrecido aún más.
De hecho, la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el Indec sólo mide el ingreso de la población que reside en 31 aglomerados urbanos. En una proyección a toda la población nacional, se calcula que los pobres llegarían a los 12,5 millones de personas.
Para el Isepci, aun cuando se haya registrado una baja en el índice de pobreza “es preocupante que no vaya acompañado de una baja de la indigencia en general, y en particular que en el conurbano bonaerense ese índice no descendió, sino que se ha registrado un aumento significativo de las personas que están en esa condición. Más aun, cuando los precios de los alimentos básicos siguen incrementándose sin pausas”.