Redacción Canal Abierto | La pirámide de Mayo enrejada -los gobiernos no ahorran en eufemismos- fue recubierta por una bandera con letras de colores y una frase que no puede no conmovernos (a algunos, es cierto): “Con ternura venceremos”. Alrededor, cientos de niños, niñas y adolescentes de organizaciones del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires, pero también de Rosario y Río Cuarto, entre juegos, canciones y el ruido de los bombos debatieron sobre la realidad de sus barrios y las necesidades que día a día viven y ven desatendidas.
La convocatoria del Primer Congreso de Pibes y Pibas fue hecha por el Encuentro Niñez y Territorio, un colectivo de acción política de organizaciones y trabajadores de Niñez. La propuesta era clara: “debatir cuál es el país que tienen, cuál es el país que quieren y cómo nos organizamos para transformar ese país”, señaló Omar Giuliani, educador y referente de la organización. “En un año electoral vemos que no sólo no está la voz de los niños, sino que tampoco se los tiene en cuenta más allá de la punibilidad. Sólo se habla de la baja de la edad de imputabilidad pero no de aquellas cosas que los pibes necesitan, que son muchas y son urgentes”, agregó Estela Rojas, educadora de Chicos del Sur de Villa Fiorito.
“A veces vemos nenes de 10 años consumiendo y nadie hace nada, parece normal. Nos dicen que la suciedad de nuestros barrios es culpa nuestra, pero nosotros nos preguntamos ¿es responsabilidad nuestra que no pase el camión recolector en dos semanas? ¿Es responsabilidad nuestra que se acumule la basura? ¿Es responsabilidad nuestra que una fábrica tire todos sus desechos en una zanja?”, leyó Andrés de 13 años del papel que resume las conclusiones de su comisión, frente al Congreso de la Nación, luego de marchar desde Plaza de Mayo. “Cerca de mi casa murieron nenes y nenas por balas de la bandas que andan como si nada porque las deja la policía. Ni una bala más ni un pibe menos. Por eso, Cynthia presente y Kevin presente”, concluyó.
Pero no dejaron de ver los aspectos positivos de estas barriadas: “De nuestros barrios nos gustan los girasoles y el fútbol, la canchita con electricidad, la murga, la plaza limpia. Pero el barro que no nos deja ir a la escuela, las casa de chapa y la basura, no nos gustan. Que la escuela se inunde con cada lluvia, los transas, que no haya médicos en algunas salitas… no nos gusta”.
En todas las comisiones y en el documento final quedó plasmada una demanda a todo el arco de representación política. “Nosotros nos reunimos en este Congreso de Pibes y Pibas para que sepan cómo son los barrios en los que habitamos porque ningún político se dio una vuelta por allí en esta campaña”, afirma el texto.
La Secundaria del Futuro no se puede construir negando a los actores
En el acto frente al Congreso se sumó la voz de los alumnos de escuelas secundarias de la ciudad que sostuvieron días atrás varias semanas de lucha con la toma de sus escuelas y sucesivas y numerosas marchas. Dos delegados de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) señalaron: “Nosotros venimos encabezando un conflicto contra la reforma Secundaria del Futuro, que es parte del paquete que quieren implementar en los colegios públicos. Celebramos este congreso; como estudiantes entendemos que formamos parte del campo popular y que nuestra lucha está ligada a la lucha por una juventud y una niñez dignas, por una vivienda digna, por una barrio digno. Porque la policía no nos pare por portación de rostro».
«Luchamos contra un modelo político, económico y represivo que quiere a los pibes de 14 años presos; que quiere a los pibes de 17 y 18 años laburando gratis para empresas, y no a los pibes adentro del colegio”.
Y agregaron: “A este gobierno le molesta que la juventud se organice, le molesta que los estudiantes tomen los colegios, le molesta que los pibes y pibas estén haciendo un congreso”.
Una vocera de la Asamblea Revelde, una organización de niños y adolescentes de Villa Soldati, acercó un comunicado del MOLACNATS (Movimiento Latinoamericano y del Caribe de niños, niñas y adolescentes trabajadores), que entre otras cosas señaló “el preocupante retroceso en las políticas públicas dirigidas a la infancia, sobre todo las dirigidas a la atención de aquellos que se encuentran en situación de desprotección y marginación”.
Alerta que caminan… y se organizan
En las conclusiones de cierre del Congreso de Pibes frente al Congreso sostuvieron: “La indiferencia es muy triste. Pedimos una vida digna, que se hagan cumplir nuestros derechos que no estén solo ahí en el papel. Necesitamos que nos escuchen ¡Y tenemos derecho a organizarnos!”.
Y finalizaron: «Luchando se cumplen los sueños. Queremos derechos y ese es el sueño que traemos hoy al Congreso Nacional donde deberían discutir políticas de niñez que nos hagan bien, que nos cuiden, que nos den oportunidades para la vida digna».
Los pibes y pibas no son peligrosos, están en peligro
Según datos del INDEC sobre el segundo semestre del 2016 la mitad de los chicos y las chicas del país son pobres, porque viven en hogares cuyos ingresos son insuficientes para adquirir la canasta básica de alimentos y servicios.
De todos ellos, 1,3 millones, el 10,8% de la población de menores de edad, crecen en la pobreza extrema, en sus casas no llegan a garantizarles ni la canasta básica de alimentos.
Unicef asegura que el 47,7% de los chicos y chicas de hasta 17 años, unos 5,6 millones, viven en la pobreza en la Argentina. De acuerdo con el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA (2010-2016) el 22,1% de los niños/as y adolescentes en la Argentina urbana comparte cama o colchón para dormir. Al 42,5% de los chicos y chicas menor de 13 años, durante el 2016, nadie le leyó o contó jamás un cuento, lo que afecta fuertemente las trayectorias escolares y profundiza las brechas de desigualdad social regresivas para los niños/as más pobres. Esta realidad es atravesada por el avance del narcotráfico en los territorios, la violencia policial, la trata de mujeres, niños y niñas para la explotación sexual y la falta de acceso a una educación digna.
Fotos: César Garzón | Repo Bandini