Redacción Canal Abierto | Con la presencia del expresidente de los Estados Unidos Barack Obama, y de los premios Nobel de Economía Edmund Phelps y Eric Maskin, ayer terminó en Córdoba la segunda jornada de la Cumbre Economía Verde, promocionada como “un espacio organizado para el encuentro entre distintos referentes mundiales vinculados a la ciencia, la economía y el desarrollo sustentable, con personas de diferentes disciplinas que quieren y sienten que pueden cambiar y mejorar sus respectivas comunidades”. Sin embargo, para muchos, la cumbre de verde tuvo poco.
“El único verde de la cumbre es el del dólar”, ironiza Yamila Ferreyra, comunicadora, investigadora del Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública de la Universidad Nacional de Córdoba, y miembro de la Red Justicia Ambiental. “Córdoba es uno de los lugares claves del agronegocio. Desde el año pasado que el gobierno de Córdoba viene con algunos congresos de cambio climático donde asisten todas las organizaciones que se dedican al agronegocio, que han participado del Acuerdo de París, y que tienen un alto desarrollo agronómico y financiero abocado a este nuevo ciclo de capitalismo verde en el que todos los desarrollos teóricos conceptuales están volcados a sacar el mayor lucro posible”, remató.
Organizada por la Fundación Advanced Leadership con la colaboración del Gobierno de Córdoba, la Cumbre reunió a la crème de la aristocracia ambiental. “Es una cumbre de negocios. El discurso tanto de esta cumbre como de la anterior es netamente neoliberal. Phelps habló de que todos tenemos el derecho a acceder a un nivel de desarrollo como el de los países industrializados, y si así fuese no hay planeta que alcance. Dice eso en lugar de estar planteando, como lo hacemos nosotros desde las asambleas y desde la investigación, otro modelo civilizatorio”, explica Ferreyra en diálogo con Canal Abierto.
Por qué en Córdoba
En cuestiones ambientales, Córdoba es una provincia muy complicada, y es por eso que también es la que más resistencia ha ofrecido. La lucha de las madres del barrio Ituzaingó visibilizaron el problema de la fumigación con agrotóxicos; el rechazo a la modificación de la Ley de Bosques puso de relieve que el bosque nativo cordobés se redujo al 5 por ciento; y la cruzada contra la empresa Porta Hermanos, emplazada a pocos kilómetros del casco céntrico de la capital provincial, logró poner en discusión las consecuencias para la salud de la producción de bioetanol, utilizando como materia prima del maíz transgénico.
La Cumbre Economía Verde tampoco pasó inadvertida para el reclamo ciudadano, pero de esto poco se supo. Ferreyra explica por qué: “Hay medios de comunicación hegemónica bancando la cumbre y por eso no se muestra la resistencia. El jueves hubo una gran marcha que se llamó Primavera sin Porta, donde los vecinos están solicitando que esta planta que funciona en el corazón de la zona urbana de Córdoba deje de funcionar”.