Redacción Canal Abierto | La reforma tributaria, a diferencia de la previsional, se aprobó en Diputados sin estruendo y con votos de sobra (146 afirmativos, 77 negativos, y 18 abstenciones) y ya obtuvo, con muchísima celeridad, dictamen favorable de comisión en el Senado. Aunque le costó al oficialismo realizar algunas concesiones, con todo y los cambios un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) desnuda la intención del proyecto: “maximizar la rentabilidad empresarial a como dé lugar”.
Mientras el discurso oficial se sustenta sobre el insistente argumento de la necesidad de reducir el déficit fiscal a fuerza de recortes, para el IPyPP una reforma de este tipo sólo logrará profundizarlo ya que de esa manera justifica “la estrategia del ajuste permanente sobre las condiciones de vida de la población, al tiempo que induce un aumento exponencial del endeudamiento externo».
En el informe titulado Reforma tributaria: Una reforma con vocación deficitaria y a medida de la clase dominante, el Instituto da cuenta de que “en un plazo de cinco años, el objetivo oficial consiste en resignar 434 mil millones de pesos de la recaudación actual” del Estado nacional, del sistema previsional y “propone el mismo objetivo para los Estados provinciales”.
Esta cifra resulta de una pérdida de 200 mil millones de pesos por reducción de contribuciones patronales, 75 mil millones como consecuencia de poner la recaudación del impuesto al cheque a cuenta del impuesto a las Ganancias, y 159 mil millones que perderían las provincias por la baja en las alícuotas de Ingresos Brutos.
“Para volver a recaudar lo perdido en materia de recaudación previsional, la economía argentina debería crecer entre un 29% y un 39% anual –sostiene-. Asimismo, el argumento oficial que señala que la desgravación en Ganancias e Ingresos Brutos inducirá crecimiento y por tanto compensará lo perdido, pasa por alto que se necesitarían tasas cercanas al 20% anual para recuperar por crecimiento la recaudación perdida en ambos impuestos. El futuro argentino debería exhibir tasas jamás vistas en la economía mundial y que duplican o triplican el crecimiento chino para hacer verdad el discurso oficial”.